El mérito de tus hijos es igualmente tuyo. El apoyo de los padres es incuestionable. Hoy, mientras escribía, un par de lágrimas incontenidas. Mi hijo Matthew, que todo lo ve, me preguntó qué me pasaba… No se comió el cuento de la basurita en el ojo y terminó sobre mí con un gran abrazo.
... Son esos logros de nuestros hijos los que nos llenan, le dan sabor a la vida. Siéntete orgullosa de eso... Un abrazo en la lejanía. Bendiciones.
Me gusta el cuento de la basurita en el ojo, es simplemente maravilloso poder disfrutar ese momento, aunque pasa más rápido de lo que uno esperaba. Un gran abrazo de agradecimiento.