Imagen propiedad de @lanzjoseg
Mi caballo Rucio... pero no Moro.
En San Jose de los Altos, Sierra de Perija, donde viven los Yukpas (indigenas autoctonos del Estado Zulia) teniamos unas pocas tierras a nuestro cargo. Cada fin de semana ibamos alla para disfrutar de la naturaleza y para mantener el contacto con el señor que vivia alli como administrador de la pequeña finca.
Era un recorrido dificil ya que siempre conseguiamos el camino roto por las fuertes lluvias que hacian correr mucha agua y rompian la carretera de arena o encontrabamos derrumbes y no se podia pasar. Para mi era un sufrimiento mas que una distraccion, pero para mis niños era una aventura cada vez que subiamos a la Sierra.
Una vez adquirimos un caballo, para que el señor que vivia en la casa pudiera trasladarse a hacer las compras en otra finca cercana, pero que a pie quedaba muy lejos y asi podia traer las comprar sobre el lomo del caballo.
El nombre del caballo era Rucio, como el caballo del cantante folklorico Reynaldo Armas. Le pusimos asi por ser blanco casi albino y en esa epoca estaba muy de moda esa cancion, asi que fue el primer nombre que pensamos.
Rucio era un caballo muy recio, o sea que casi nadie lo podia montar porque lo tumbaba, solo era montado por el administrador y por mi esposo cuando iba de visita. Yo siempre queria montarlo pero me daba miedo. Cierto dia me dijo mi esposo: montate en el caballo que yo lo llevo por las riendas para que se quede quieto.
Como amante de la naturaleza y los animales me monte en el y comenzamos a caminar, luego mi esposo dijo: ya se acostumbro a ti, asi que lo dejare solo. No habia soltado bien las riendas cuando el caballo solto a galopar. Un trote suave pero contundente.
Agarre bien las riendas pero al parecer el animal no entendia de señales. La silla comenzo a moverse con cada paso del caballo y se fue aflojando. Poco a poco la silla se deslizaba hacia un lado y yo junto con ella.
El caballo paso casi corriendo entre dos piedras grandes, entonces aproveche de tirarme hacia el lado que estaba cayendo la silla y meti mi brazo para no golpearme en la cabeza. No pude soltarme tan facilmente ya que mi pie habia quedado enredado en el estribo, asi que me arrastro por un par de metros.
Luego de lograr agarrar al caballo los que iban junto a mi pude soltarme del estribo y soltarme del caballo. Entendi que cuando un animal dice NO, es NO. y eso hay que respetarlo. El susto fue grande, pero sali ilesa del accidente. Rucio duro unos años mas y termino sus dias cuando una serpiente lo pico llevandolo hasta el sueño eterno.
Recuerdo muy bien cuando el administrador llamo y dio la noticia, nos entristecimos mucho y mis hijos lloraron por su muerte. Desde ese entonces las cosas cambiaron en la Sierra. La guerrilla se apodero de las fincas que estaban en el lugar y ya no se pudo ir mas alla.
Esta historia fue real, de mi vida personal y de mi familia. Es mi entrada al concurso Observa, piensa y escribe de la comunidad @topfivefamily
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Gracias amiga @sacra97
leyéndote me vi en tu relato y de verdad me asuste, la caída de un caballo suele ser muy peligrosa, he conocido gente que ha quedado invalida y parapléjica , gracias a Dios que solo fue un susto. Triste final pero lleno de hermosos recuerdos.
Asi es amiga @marimeche2012 es muy peligroso, todos se rieron despues que nos paso el susto. Gracias por comentar en mi blog.
Es cierto cuando dicen no, es no, y es peligroso contradecirlos, gracias por contarnos tu historia.
De nada amiga, me encanto recordar esas anecdotas que te dejan enseñanzas. Gracias por pasar por mi blog.