When it is said that the dog is man's best friend, we are not
exaggerating in our gratitude towards our faithful pet.
Only, as we are with a constant gender problem in these modern worlds we
should also add the woman's best friend.
On guard in our house, keeping us company, watching from the balcony the
wandering of people in the street with extreme curiosity or simply lost in
remote thoughts, our dog is a faithful companion. Whose value we truly
acquire when we lose him.
For this reason it is sad to see the mistreatment they suffer, abandoned
in the street, sometimes for absurd reasons such as going on vacation
and not
wanting (or being able) to take them with the whole family.
It doesn't matter the crying of the little ones. It is abandoned and
that's it.
The same fate befalls other pets that are abandoned on European
provincial roads and in the mountains, if not on the side of highways.
It is unbelievable to see how cruel and apathetic human beings can be.
And then there are (or we are, and excuse me for using the personal
pronoun in the first person singular or plural) those of us who
incorporate them
into our lives.
Making them feel what they are: one more member of the family, whom we
love and treat with due respect.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)
Cuando se dice que el perro es el mejor amigo del hombre no se
exagera en cuanto a agradecimiento hacia nuestra fiel mascota.
Solo que, como estamos con un constante problema de género en estos
mundos modernos deberíamos agregar también el mejor amigo de la mujer.
De guardia en nuestra casa, haciéndonos compañía, observando desde el
balcón el deambular de las personas en la calle con suma curiosidad o
simplemente perdido en remotos pensamientos, nuestro perro es una fiel
compañía. Cuyo valor verdaderamente adquirimos cuando lo perdemos.
Por ese motivo da pena ver el maltrato que sufren, abandonados en la
calle, a veces por motivos absurdos como el irse de vacaciones y no
quererlo
(o poder) llevarlo con toda la familia.
No importa el llanto de los más pequeños. Es abandonado y basta.
El mismo destino sufren otras mascotas que se ven abandonadas en las
rutas provinciales europeas y en la zona de montañas, cuando no al costado
de las autopistas.
En increíble ver hasta qué punto de crueldad y de apatía puede llegar
el ser humanos.
Y después están (o estamos y perdón por usar el pronombre personal en
primera persona del singular o plural) los que los incorporamos a nuestra
vida.
Haciéndolos sentir lo que son: un integrante más de la familia, al
cual queremos y tratamos con el debido respeto.