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Venezuela es un país con una gran biodiversidad, asentada en sus nueve regiones naturales, originadas por la evolución orográfica, que inició durante el precámbrico, hace más de 4000 millones de años.
El cordón montañoso que corresponde al Edo Lara, es una extensión de la cordillera de la costa, conocida como Región Natural Lara-Falcón-Yaracuy, o sistema coriano, que se comenzó a configurar hace unos 145 millones de años, durante el período Cretácico de la era Mesozoica, y se consolidó durante el período Cuaternario, de la era Cenozoica.
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Esta zona montañosa del Edo Lara, se caracteriza por la escasez de agua, tanto de cursos naturales, como la proveniente de las precipitaciones, lo que configura un bioma de matorral xerófito, que va cambiando, a medida que pasa los 200 m.s.n.m.
Al alcanzar parámetros superiores a los 200 m.s.n.m., comienzan a aparecer zonas tipificadas por el bioma de bosque xerófito. cuyo rango va desde los cero m.s.n.m., hasta los 1500 m.s.n.m., donde se incluyen los cardonales y espinares, con árboles cuya altura varía entre 8 y 15 m, entre los que destacan, el curarí, mamitas, yavos, yavitos, mamón, taque, cotoperis, vera, trompillo, algarrobo, olivo, cañamo, entre otros.
Además, se observan abundantes arbustos como el amargoso, lengua de vaca, botón de rienda, etc, que junto a los árboles, sirven de asiento a muchas especies de líquenes, plantas epífitas y animales de diferentes filos, que van desde los moluscos, pasando por los artrópodos, y cordados.
Estas zonas son carentes de cursos de agua, como ríos y lagos, y es común, que se presenten afloramientos de aguas, que suben desde los niveles freáticos, o que los habitantes de estas zonas, hagan lagunas que pronto se llenan de peces, reptiles, aves, y mamíferos variados.
En estos espacios, se consiguen muchas trampas de arañas, que tejen sus telas, ya sea en grupos o de manera individual, con el fin de elaborar su hábitat, que les permite pasar las horas del día y la noche.
Estas trampas, tejidas en hilos de seda, de caprichosas formas, alertan, de manera temprana, a las arañas, de la visita de cualquier individuo, sea un depredador o una comida, garantizando que no las van a sorprender dormida o realizando cualquier otra actividad.
El mínimo roce de uno de esos hilos, es suficiente para que las vibraciones se transmitan a través de todo el sistema, lo que genera la rápida reacción de la araña, ya sea para atacar al visitante, o para protegerse, del depredador.
La mayoría de las veces, las telas de araña atrapan animales del filo artrópodos, especialmente los de la clase Insecto, sobre todo los más frágiles, como las mariposas, del orden Lepidópteros.
De forma muy rápida, las arañas forran sus presas, en seda, creando un capullo, que les permite almacenar su comida, para tiempos más difíciles.
Los insectos voladores a veces chocan con las trampas de tela de araña, que no ven oportunamente, y quedan a merced de la araña, que se comporta como un depredador.
Estas llamativas telas de arañas, ubicadas entre las ramas de los árboles y arbustos, capturan gotas de agua, procedente de la condensación, o de la precipitación., durante el ciclo vital del agua.
Esas pequeñas gotas se conservan durante mucho tiempo, a la sombra de los árboles del bosque, y permiten a muchos animales, saciar la sed y reponer sus reservas de líquidos corporales.
Las arañas extraen el agua necesaria para su metabolismo, a partir de sus presas, pero una que otra vez, succionan las gotas atrapadas entre los hilos de seda.
Esta necesidad de beber, en una zona carente de agua, lleva a muchos animales pequeños a arriesgar su vida, ya que, sobre todo los insectos, quedan atrapados entre los hilos de seda, facilitando a la araña su trabajo de depredación.
En un área de unos 20 metros cuadrados, pude contar 18 trampas de tela de araña, y todas excepto una, eran vigiladas por la araña dorada de seda (Trichonephila clavipes).
El área donde contabilicé las trampas de araña, está bajo la sombra del bosque xerófito, caracterizada por ser un lugar sombrío, silencioso, relativamente oscuro, y con árboles de unos 10 a 15 metros de altura, de troncos finos, y dotados de muchas ramas.
No solo los insectos intentan beber las gotas de agua atrapadas entre los hilos de seda, pude observar un colibrí, de color beige, mojoso, con franjas azules en sus alas, estabilizar su vuelo, y libar algunas gotas del cristalino líquido.
No fue posible fotografiarlo.
Muchas trampas de tela de araña son destruidas por pájaros y palomas, que vuelan bajo, entre los árboles y sin detenerse, rompen la sincronía de los hilos de seda.
Luego las arañas, reparan el daño y sigue la depredación.
Estas arañas, presentes en el bosque xerófito, adornan de manera espectacular el ecosistema, y juegan un papel fundamental en la transferencia de la energía, en las cadenas alimenticias.
Ali Riera
Todas las fotografías son propiedad del autor.
Su post ha sido valorado por @ramonycajal
Buenas tardes. Les agradezco por el respaldo que brindan a mis publicaciones. aliriera
Que buena publicación! muy inetersante el tema de las arañas y los hilos con las gotas de araña. Excelente estrategia en esta región donde escasea el agua. Gracias por compartirla. Saludos
Buenas tardes. Agradecido por sus generosos comentarios. Saludos. aliriera
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