Los comediantes o humoristas son personas dedicadas al mundo del entretenimiento, es decir hacen chistes o bromas y con esto nos roban una risa o carcajada.
Aunque parezca paradójico, para el comediante reír y hacer reír, es un trabajo, con esto se ganan la vida y el sustento de su familia así como lo hace un médico, abogado, o maestro.
Algunos se han hecho famosos usando frases graciosas o disfraces que han calado en la mente del público, otros han usado la comedia como crítica a situaciones políticas, teniendo tanto éxito que pasan de las tablas de un teatro, a la televisión, incluso al cine.
En países democráticos, el comediante puede vivir y trabajar porque el humor y la política conviven sanamente, Pero, qué pasa cuando los políticos o ciertos personajes de la vida pública, no pueden soportar la burla y ridiculización?
Que pasa cuando el humor trasciende el límite…y ya no da risa?
Hablar de límites, es un tema polémico, hay distintos puntos de vista, cada cual con un argumento se defenderá basados quizás en sus propias experiencias, por un lado los políticos hablaran del respeto, que cada quien merece en la sociedad, y por el otro los comediantes exigiendo libertad de expresión y derecho al trabajo.
En mi opinión, informarse del tipo de público donde se hará la presentación o show, y el contexto político en que se desenvuelve, serían claves a la hora de elegir un tema a desarrollar por el comediante y permitiría no herir susceptibilidades. No cruzar los límites del respeto es esencial para una sana convivencia, sobre todo si la mente de algunas personalidades no es tan fuerte para enfrentar bromas y burlas.
Escribiendo este post he recordado que en mi país hace años atrás, era común ver programas de televisión donde humoristas imitaban jocosamente a políticos, y otras personalidades, sin ningún comentario dañino de un lado ni del otro. Uno de estos programas era “Radio Rochela” que reunía a toda la familia en las noches de los días lunes, en un canal de televisión llamado RCTV, que ya no está al aire.
Las altas personalidades de la vida pública convivían con el humor y sus protagonistas, permitiendo vivir y trabajar sin dañar a uno y al otro. Añoro esos tiempos!.
En la actualidad, el panorama es distinto, esta es una triste realidad, que no resulta nada divertida, tomando en cuenta que muchos de estos cómicos o humoristas han tenido que emigrar a otros países, porque se sienten amenazados y perseguidos.
Este post va dedicado a ellos, a los cuales aplaudo efusivamente: Laureano Márquez, Emilio Lovera, George Harris, David comedia, Javier Romero y otros…
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