Ja, ja, ja..ya me imagino a alguno de los que convertirías en piedra y tirarías al fondo del mar. No sería la primera vez que ocurre: recuerda a Medusa. De todas formas, cuentos o no, sí es cierto que existen muchas historias con algunas estatuas. Por ejemplo, en Segovia tienen como Patrón a San Frutos y hay una estatua de él, a tamaño natural, en lo alto de la catedral. Tiene un libro abierto en las manos y cuenta la tradición, que cuando pase la última hoja se producirá el fin del mundo. De manera, que mi querida amiga, si alguna vez tienes ese poder meduséico, ten cuidado y no le dejes ningún objeto al que conviertas en estatua, que quizás se vuelva algún día contra ti. Un fuerte abrazo
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