Hola amigos steemianos, vuelvo a escribir después de un tiempo de ausencia, me gustaría hacerlo más seguido pero en realidad múltiples ocupaciones que conlleva el ser pastor me lleva a alejarme del teclado.
Hoy quiero contar sobre una experiencia vivida el fin de semana pasado. Comencé mi ministerio pastoral hace 21 años, en una pequeña iglesia ubicada en la ciudad de La Victoria, estado Aragua en Venezuela. Allí estuve por 7 años, fue donde experimenté lo difícil que es estar al frente de una obra cristiana, porque se debe luchar con caracteres diferentes, formas de pensar muy distintas unas de otras y donde a veces el que cree ser el más maduro quiere imponer su opinión, muchas veces o casi siempre olvidando que se deben hacer las cosas como Dios manda en su Palabra y no como a mi me parece.
Ahora después de mucho tiempo ésta iglesia me hizo una invitación para predicar en su servicio aniversario, estaban celebrando 38 años de haber sido constituidos como iglesia, acepté la invitación casi sin pensarlo porque sigo amando esa iglesia.
Al llegar al templo donde funciona la iglesia, fui uno de los primeros en llegar esa mañana del domingo junto con mi esposa y la pareja que nos estaba hospedando muy gentilmente en su casa. Al pisar el templo, mi mente comenzó a viajar hacia el pasado. Me sentí como la primera vez que entré por esa puerta, siendo 21 años más joven, recordé ese día como si estuviera allí mismo de nuevo, hace 21 años entré nervioso porque era mi primer pastorado, porque no sabía que me repararía el futuro, en aquel entonces la congregación era tan pequeña, apenas 12 personas de las cuales 7 eran ancianos de más de 70 años.
Pero esta mañana estaba diferente, el templo estaba hermosamente decorado, había un arreglo globos y un escrito en la parte inferior de la tarima donde está el púlpito que decía 38 ANIVERSARIO, no aguanté la tentación y le pedí a mi esposa que me tomara una foto junto a ese letrero, y le dije: “¿Recuerdas? Cuando llegamos aquí nos tocó celebrar el 18 aniversario como pastores de esta iglesia” y mi mente volvió a volar al pasado, recordando esos bellos ancianos que ya no están entre nosotros.
Pero, extrañamente seguía con ese nervio que sentí al entrar, pensaba cómo me recordarán estos hermanos, y estaba agradecido que me hubiesen invitado. Allí apareció de la parte posterior del púlpito el pastor actual de esta iglesia. Un hermano, consiervo, amigo y discípulo, porque este joven que ahora es pastor de allí trabajó conmigo en otra iglesia cuando apenas él era estudiante del Seminario Teológico Baustista de Venezuela y ahora me emocionaba verlo pastoreando su primera iglesia, que también fue mi primera. Además se llama como yo, Carlos, muchas coincidencias jejeje…
Comenzaron a llegar los miembros de la iglesia, no conocía a nadie, mucha gente nueva me saludaron y todos decían: “Hemos oído mucho de usted” y cuando alguien dice algo como eso siempre respondo: “No crea ni la mitad de lo que le han contado” y la gente siempre se ríe de eso, aunque lo digo en serio a pesar de ser muy bromista.
Tiempo después comenzó a llegar los hermanos que sí conozco, todos se alegraron de vernos a mi esposa y a mí. Nos abrazaron, nos bendijeron y fue inevitable ponernos históricos y recordar muchas anécdotas que vivimos en esa iglesia. Luego pedí permiso para pasar a la parte posterior del templo, allí se encuentra la cocina del templo y una pequeña habitación que fue nuestro cuarto al llegar a esa iglesia. Todo estaba igual, mejor pintado que cuando estuve allí pero todo seguía en el mismo lugar. Volví al pasado de nuevo. Recordé muchos momentos en ese que fue nuestro hogar por 3 de los 7 años que allí estuvimos porque no teníamos para alquilar un lugar para vivir.
Comenzó el servicio, estuvo muy bonito, remembranzas de épocas pasadas, proyectaron videos, fotografías, leyeron la reseña histórica de la iglesia, me pidieron que hablara sobre la misma y pude agregar detalles que habían omitido de cómo se formó esa congregación porque tuve el privilegio de haber pastoreado a la fundadora de la misma. Doña Máxima Núñez, una hermosa mujer de 100 años cuando la conocí, y que de su propia boca me contó cómo hizo para fundar esa iglesia.
Luego vino la parte de reconocimientos, los hermanos con más años en la iglesia, luego nos dieron un reconocimiento a mi esposa y a mí, por haber sido los pastores que más tiempo han durado al frente de esa obra. Espero que mi amigo me supere pronto en ese renglón.
Lo que más me agradó fue cuando los mismos hermanos que hoy siguen en esa iglesia hicieron un recuento de cómo fue nuestra función pastoral con ellos, recordaron que cuando estuvimos con ellos, el Señor fue bueno con nosotros y nos permitió llevar a la iglesia de 12 personas a más de 100 en 1 año, que los jóvenes que asistían a los servicios eran más de 42, que nuestros músicos eran los mejores del estado. Lo hermosos que eran las alabanzas para el Señor y que se servía con gozo en todo lo que hacíamos, aunque siempre el enemigo dejaba algunos de sus emisarios entre nosotros solo para recordarnos que debíamos estar atentos cimentados y basados en la Palabra de Dios.
Le doy gracias a Dios hoy por haberme permitido estar entre ellos nuevamente, ver que recientemente pasaron por momentos difíciles que los ha llevado a ser un grupo pequeño, no más de 30 hermanos. Pero que tienen la firme convicción de que si en el pasado pudimos superar cosas peores, hoy también pueden hacerlo con la ayuda de Dios, por supuesto.
Hoy quise dedicar este post, a los guerreros, a los soldados del Señor que están y son la Primera Iglesia Bautista de La Victoria, mis oraciones y mi corazón están con ustedes hoy y siempre. Le doy gracias a Dios por la iglesia que hoy pastoreo, Iglesia Bautista “Cristo La Única Esperanza” de Cumbote, en la Colonia Tovar. Que el Señor sea siempre glorificado.
Gracias por leerme, y espero esforzarme más por publicar más seguido. Saludos y DIOS TE BENDIGA.
Fotos con hermanos y amigos:
Me alegra mucho su publicación pastor. Seguro pasó momento difíciles cuando estaba pastoreando esa iglesia, pero el amor, la dedicación y el trabajo para Dios y su hijos, siempre es bien recordado y recompensado por Dios y nuestro corazón se alegra y nos da fuerza para seguir.
Que alegría es ver cuando un discípulo se desarrolla, trabaja y continua en los caminos del Señor.
Siga en la carrera, la victoria está asegurada y su recompensa (la más hermosa e importante) esta preparada en el cielo.
Dios le bendiga, un gran abrazo.
PD: Buena publicación y lindas fotos.
Gracias mi hermano... y sí, tiene toda la razón. Es muy grato ver discípulos andar en el llamado del Señor al ministerio. Y cada momento difícil es superado por la paz que Dios da en medio de la tribulación por la que hemos transitado en el pastorado. Gacias por el apoyo y comentario, bendiciones plenas para ud.
Pastor que bonito leer de su anécdota en ese servicio. Admiro y respeto profundamente a los hombres y mujeres que dedican sus vidas al servicio del Señor. Imagino lo que significó para usted estar en esa celebración. Dios lo continúe usando y bendiciendo!
Amén muchas gracias @hele29. Uuff siginificó demasiado, más de lo que yo mismo imaginaba, y me trajo tantos recuerdos amargos, tristes, bonitos y gozosos, una mezcla de sentimientos que jamás había experiementado juntos... Saludos y bendiciones... Gracias por el apoyo