Saludos a todos, hay que admitir que nuestro afán por saber, conocer y aprender nuevas cosas, no fuera posible sin ese gusanito que nos pica a todos que es la curiosidad. Como diría Aristóteles, somos curiosos por naturaleza, ese es uno de entre varios de nuestros signos característicos y yo diría que el más representativo. Es claro, que de esa manera le hemos arrancado muchos secretos a nuestro mundo y hasta al universo; y ha llevado a la especie humana a la cúspide de la cadena evolutiva para bien o para mal.
De igual forma, hay que reconocer que así como la curiosidad nos ha puesto donde estamos, también nos ha traído muchos problemas, no en vano existe el dicho "La curiosidad mató al gato". Sí, a veces nos pasamos de intensos por decirlo de alguna forma, y con nuestras indagaciones queremos conocer cosas más allá de lo que nos está permitido, tanto en el mundo natural, así como dentro en nuestro medio cultural o realidad social.
En este caso, él o los sujeto que realizan la averiguación destruye, despedaza y divide hasta sus últimas consecuencias al objeto víctima de nuestra curiosidad, o llega hasta el engaño, la falsificación, el artificio y la mentira, además de la utilización de cualquier otro medio para lograr su fin.
Es así como nosotros humus curiosum, nos hemos inventado diferentes roles para ejercer la santa o pecadora curiosidad, en diferentes contextos y situaciones como por ejemplo: el investigador que ejerce la curiosidad en el medio científico, el detective que hace de sabueso en el campo criminal y los espías que ejercen su curiosidad entre naciones o grupos en guerra o a punto de comenzarlas para vencer al enemigo, y por último el reportero o periodista que lo hace a la par de los otros, para dar a conocer los asuntos relevantes de las grandes personalidades políticas, económicas y artísticas en una sociedad determinada.
Entonces tenemos que los investigadores, detectives, espías y periodistas han llevado la curiosidad humana a límites inimaginables, hasta el punto de poder expresar sin temor a equivocarnos, que son ellos los que configuran una época determinada con sus averiguaciones y las conclusiones sacadas a través de ellas.
Hasta aquí el tema en cuestión. Un abrazo virtual