Un día excelente, maravilloso de playa, en serio, sin viento, la mar en calma y el agua, hasta con buena temperatura, que no es poco para la época que corre. He dado un paseo, por la orilla, poca gente, la mayoría haciendo la fotosíntesis, algún que otro pirado como yo, bañándose. Por estas fechas, es la que merece la pena un lugar como Málaga.
La ida y la vuelta al máximo sol posible, y con los impagables podcast de la radio pública, hacen que todo fluya y te hagas unos 10.000 pasos, sin darte ni cuenta. El almuerzo, extraordinario, pollo kun pao, con sus cacahuetes y sus guindillas, y luego la sopa de verduras de aprovechamiento, el complemento perfecto, de postre, un bocadito de chocolate 80% con avellanas.
La semana, está siendo intensa, intentando no dejarme arrastrar por la marea de los acontecimientos, solventando citas de trabajo y centrándome en el día a día sacando el máximo trabajo posible. Como anécdota, el otro día al volver, había un comando de la policía, de atestados cortando la zona en el paso de cebra, bueno parecía un accidente.
El tema, era que había una furgoneta vieja, con mal aspecto, un montón de agentes de policía, y una mancha fea en el suelo, de sangre oscura y espesa y rodeada de un círculo de pintura fluorescente, señalando el atestado, ese cruce, sigue cobrándose vidas.
