El día empezó fuerte, parece que me prepara la agenda el peor de los enemigos. A las 8,40 en tabacalera, de gestiones, sin posibilidad de imprimir el día antes y sin margen de fallo, tempranito, para comerme todo el frío, lo dicho, parece que me lo hace otro.
Pero luego, cuando finalmente acabas, y te desprendes de todo el estrés es un gustazo, estar a las 9,30 de la mañana en la casa, con el pan comprado en el mercado de Huelin, casi entero para mi y te preparas un café con toda la mañana y 7.000 pasos hechos por delante.
Me he hecho un pequeño apunte de las comidas de la semana, probablemente me sirva para centrarme y no dejarme ir con lo que no debo comer, si te lo planificas, puedes variar e ir saltando los días pero al menos, tengo la sensación que es mucho más fácil no sacar lo pies del tiesto.
Al medio día, antes de ir comprar un par de cosas y ofertas de los lunes del lidl, he hecho mi sesión de pesa rusa. Son bloques de entrenamiento de cinco minutos, y son cuatro bloques. He acabado totalmente extenuado, nada en el gym me deja así. Está claro que es la mezcla perfecta entre cardio y entrenamiento con pesas.
Si soy capaz de sacar en este lunes, lo que me queda de lo programado, puedo tener una buena semana. Mañana cumpleaños de mi hermana y encima va a hacer al menos un par de días de buen tiempo, con sol y hasta los dieciocho o diecinueve grados. La cosa promete.
