Divagaciones de madrugada. 22102022

in #spanish2 years ago

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El trimestre, ha acabado. Ha vuelto a salir todo bien, o moderadamente bien, porque el miedo, siempre queda como un residente indeseado que te hace despertar en la noche y comprobar esto y aquello. Aunque la costumbre y la inercia de tantos años, lo que se viene a llamar el oficio, te libra de engorros, el despertar es inevitable.

Tan inevitable como el hambre, como ese picor que experimento por el cuerpo, como una alergia a algo que no se sabe el qué. A la agitación de las imágenes, de la vuelta a lo que viene a ser la vida, el palpitar de una ciudad como Málaga, que revienta sus costuras y te muestra cada día más policromías y texturas de su nuevo y palpitante ser.

No puedo estar en contra, siempre me gustó eso, tengo desde pequeño, ese gusto por esa esfervescencia de idiomas, de razas, olores, cuerpos y transcurrires. Es como fue Torremolinos, pero a lo bestia, no puedo decir que tenga sentimientos contradictorios, es imposible echar de menos la mugre, la oscuridad de antes, por mucho que haya ocupado, eso si, los mejores años de nuestra vida.

La ciudad late, debajo de tanta novedad, de tanta obra, hay vida, hay energía surgiendo, hay una masa que palpita, que busca nuevas oportunidades, a veces, es inevitable, es necesario, un cambio tan brusco, para que se produzca una verdadera ruptura con lo anterior, para que no sigan los mismos, o al menos, para que con la misma, incertidumbre del cambio de subidas y caidas, de lugar a que entren otros.