Me encantó la analogía con Macondo.
Realmente esas despedidas se sienten como viajes de no retorno, triste para el que parte y para el que se queda.
Me encantó la analogía con Macondo.
Realmente esas despedidas se sienten como viajes de no retorno, triste para el que parte y para el que se queda.
Es exactamente así como se siente, y peor, como es... Lo sabemos. Sobre todo porque sabemos también que podemos ser nosotros mismos a quiénes otros despidan en cualquier momento...
Gracias por leer y comentar!