La tumba al borde de la galaxia (relato corto) (III)

in #spanish3 years ago (edited)

Aquí la primera y segunda parte:
La tumba al borde de la galaxia (relato corto) (I)
La tumba al borde de la galaxia (relato corto) (II)

La tumba al borde de la galaxia.png

⸺La explicación puede que sea muy sencilla cuando hallemos las pistas más importantes ⸺dijo Naramsin, mientras seguía examinando la información que le llegaba de la nave principal, la cual se coordinaba con las sondas enviadas a Marte y Venus, planeta que también estaba igual; de hecho, dado que su terraformación había sido más fructífera, pues solo se tuvo que echar marcha atrás a su efecto invernadero, era lamentable ver que las temperaturas habían vuelto a ser iguales a las de antaño⸺. Me están transmitiendo nueva información. Me dicen que hay un edificio intacto en el CERN, tengo fotos de los satélites.

⸺¿Tenemos suficiente energía? Nos tocará regresar y ya sabes cómo es la gravedad aquí.

⸺Que nos manden otra nave.

Los androides de la nave principal, de tecnología más avanzada aún que los que los acompañaban, se encargaron de enviar los informes a Alfa Centauri y les prometieron enviar una segunda nave de mayor tamaño para recogerlos en la frontera franco-suiza, pues era muy probable que, con lo que descubrieran ahí y el torrente de datos que empezaba a llegar de los satélites, tendrían que visitar más lugares recónditos del planeta. Hasta ahora sabían que el desierto se extendía por miles de kilómetros y que el hielo de los polos se había reducido a un espacio muy diminuto en comparación con el esplendor de los siglos anteriores. Por razones desconocidas el clima se había degenerado, y no se sabía si las plantas habían desaparecido primero o fue el cambio el que las hizo desaparecer, y al resto de animales. Pero el problema era peor, porque no había huesos que pudiera uno localizar a simple vista, que dieran fe de que esto había ocurrido recientemente. Quizá mucho antes que llegara la primera sonda, el mundo donde habían nacido los humanos se había acabado.

El CERN era un buen lugar para buscar información, pues era el primer laboratorio que encontraban en pie, o casi en pie, y aparte porque se trataba de un punto de convergencia de conocimientos de varios países europeos, no demasiado cerca de los polos, y tampoco sumergido bajo el agua en algún lugar desconocido del océano, como ocurría con los servidores de las empresas informáticas. Tras dejar los drones de los abatidos para que hicieran una exploración exhaustiva de la ciudad, subieron a la nave, del tamaño de un helicóptero Apache, se aseguraron de que los caídos estaban seguros en los compartimentos especiales, guardaron sus mochilas, ocuparon sus puestos, Naramsin en el asiento del conductor, Isobel a su lado, los androides atrás, en operaciones secundarias, y se elevaron por sobre la planicie. Estados Unidos no existía, ahora era un desierto perenne que se perdía en el horizonte. De vez en cuando se veía una nube de polvo elevándose a lo lejos, con pequeños remolinos danzando cual aborígenes en pleno ritual de adoración a su dios. No había muchas nubes, aunque según los datos que seguían llegando, se veían algunos ciclones y un huracán surcando el Atlántico, por lo que no podía afirmarse que el sistema climático se había estancado, sino que se había transformado en una cosa nueva y hostil. La temperatura era muy alta, pero ellos no llegaron a sentir el calor pues el sistema de enfriamiento de sus trajes les proporcionaba confort. Ahora, dirigiéndose a gran velocidad hacia el continente europeo, se elevaron lo más que pudieron para evitar la fricción del aire.

El edificio 774, ubicado frente al Centro de Control que regulaba los aceleradores de partícula del CERN, era el único que estaba en pie, y se sabía que allí se encontraban los laboratorios informáticos. Probablemente encontrarían computadoras con gran cantidad de información útil.

⸺Hemos perdido comunicación con la nave principal… ⸺dijo Naramsin cuando ya sobrevolaban las aguas turbulentas del océano Atlántico⸺… Bien, ya volvió. Menes, dame una señal ⸺dijo a través de la radio.

⸺Sí, copio ⸺respondió la voz masculina del androide.

⸺Mantente comunicado mientras exploramos Prévessin, prepara los satélites para que no se pierda la señal ni un segundo; puede que necesitemos estar constantemente en contacto.

⸺Está bien.

⸺¿Ya localizaste los restos de la ISS?

⸺No hay rastro de ella.

⸺¿Ningún satélite tampoco?

⸺No creo que haya quedado ningún trozo orbitando el planeta.

⸺Bien, avísame de cualquier novedad.

⸺Desde luego.

⸺Vaya desastre ⸺dijo Isobel⸺. Es evidente que en todo este tiempo deberíamos haber encontrado algo ya. Si no hay nada por ahí flotando, entonces los habrán retirado de manera normal; no los habrán bombardeado ni nada por el estilo.

⸺¿Por qué lo harían? No tiene sentido ⸺replicó Naramsin⸺. ¿Qué piensan ustedes? ¿Qué les dicen sus mentes avanzadas?

⸺Por el momento no tenemos una explicación lógica ⸺dijo Isin⸺. Estamos considerando quizá una regresión.

⸺¿Una regresión? ¿Tan masiva? ⸺dijo con incredulidad Isobel⸺. Deberíamos tener cuidado de no sacar hipótesis tan amplias sin muchas evidencias.

⸺Como la del virus ⸺rio Naramsin.

⸺Sí, bueno, me equivoqué. Todo el mundo lo hace. ⸺Lo que te ocurre es que no confías en los androides, es todo. Por eso les das tan poco crédito.

⸺Puede ser que mi familia no haya sido muy fanática de la tecnología. No todos fuimos criados bajo estándares progresistas como tú. Mi padre era un hombre más espiritual.

⸺Entiendo, entiendo ⸺dijo Naramsin⸺. Solo trata de relajarte. Mi familia también era un poco espiritual. Ya sabes, una parte de ellos pertenecía a cierto movimiento.

⸺No debe haber sido muy gratificante ⸺dijo Isobel con empatía. El tema había sido discutido en alguna que otra ocasión, pero nunca llegaban a lo más hondo, ni siquiera en aquellos momentos íntimos e intensos que llegaron a tener durante el viaje.

⸺En realidad, lo pasé bien, era interesante. Hubo peores épocas; está escrito en nuestra historia. Es la razón por la que esto, precisamente esto, no es algo bueno. Hemos perdido una parte importante de nosotros, nuestros orígenes. De alguna forma hay que recuperarlos.

⸺Esperemos que se pueda hacer.

⸺Oh, mira. Estamos cerca del huracán.

Era el único evento atmosférico de toda la Tierra en ese momento, un huracán incluso más grande que todos los registrados en la historia del planeta, según informaba la nave principal. Mientras el miedo intentaba colarse en los recovecos de sus mentes, la maravilla hizo su aparición para hacerle frente. Sí, era algo desmoralizador observar aquello, la actividad de un mundo luego de haberse quedado desolado, pero la sensación también se asemejaba a la tan sonada humildad que experimentaban los astronautas la primera vez que observaban su planeta natal desde fuera, o la emoción tan positiva de presenciar el constante movimiento de las nubes de algún exoplaneta gaseoso. Hacía que se creara una batalla interna interesante, con una armonía casi musical. Las densas nubes bailaban alrededor de aquel gran ojo; las bandas nubosas, bastante definidas, se perdían en el horizonte, detrás de la curvatura de la Tierra, pues no estaban a una altitud suficiente como para apreciar el espectáculo entero. ¿Qué les esperaba al otro lado de ese Atlántico dinámico? No lo sabían, ni podían imaginarlo.

Las aguas costeras de Francia eran turbulentas, su civilización, por su parte, estaba igual, a veces peor, que Estados Unidos. No encontraron mucho que apreciar, excepto por una que otra edificación tan decadente que era difícil determinar de qué se trataba, o si era famosa siquiera, en términos históricos. En algún momento sus sensores parecieron detectar una araña macabra escabulléndose cerca de alguna ruina, entre tanta oscuridad, pero nada más. Se plantearon ir a París, pero pensaron que quizá en otro momento, pues significaría un desperdicio de energía que no se podían permitir, dado que la nave de reconocimiento no tenía por qué ser usada para este tipo de viajes. La única razón por la que lo hicieron fue por la prisa de llegar lo antes posible al CERN, pero tal parecía que había sido una mala decisión, debido a lo que ocurrió a continuación. Menes, el androide de la nave principal, anunció que el nuevo transporte estaba casi listo para ser enviado; con una optimización de la velocidad en el trabajo de los operarios, habían logrado acortar el tiempo de preparación, lo cual fue un alivio. Quizá con este nuevo transporte se podrían permitir por lo menos una parada de relajación, para aliviar tanta tensión. Ambos tripulantes humanos se miraron, con una nerviosa sonrisa.

Continuará...