Fotografía: @miguelarocha (Dublín, Irlanda)
Nikon D3300
En los últimos años, durante esta época de migración masiva, me he dado cuenta de la gran cantidad de comentarios con respecto a diferentes áreas de trabajo en varios destinos de Latinoamérica. Es muy triste caer en cuenta de cuantas personas con trayectoria notable, deben ir a otro país a hacer ‘lo que sea’ para sobrevivir, mientras construyen una nueva vida desde los escombros. Infinidad de persona han llegado a estos destinos con el objetivo de encontrar cualquier fuente de trabajo que pueda sacarlos de apuros en cuestiones económicas. Esto, para poder pagar gastos mensuales, ahorrar un poco y a final de mes, enviar algo de dinero a sus familiares en el país de origen.
Abogados, arquitectos, ingenieros, periodistas y médicos, llegan a algunos de estos países para lavar platos, limpiar casas, vender en las calles y trabajar en restaurantes, panorama que se hace notar entre muchos profesionales emigrantes en varias partes del mundo. La mayoría de estas personas dicen estar satisfechas, conscientes, agradecidas y dispuestas a atravesar por estas situaciones, para poder salir adelante después de haber construido una vida de éxitos en su país de origen. Son estas mismas personas las que muchas veces critican a otros colegas, quienes en vez de ‘cualquier fuente de ingresos’, se empeñan en buscar áreas de trabajo que los mantengan cómodos y distraídos. Muchos de los últimos, alegan que después de recibir un título universitario, no tirarían su licenciatura de lado para hacer labores que no les corresponden, por no alcanzar su nivel de estatus socio económico.
Fotografía: @miguelarocha (Howth, Irlanda)
Nikon D3300
Si bien es difícil encontrar cualquier empleo para un extranjero, y más cuando se es indocumentado (como en mucho de estos casos), debe ser de suma complejidad, hacerse con una oferta laboral que pueda superar las expectativas de un individuo. Muchas veces terminando de esta manera, desilusionados, con un boleto de regreso sus países y con aires de fracaso. En muchos de estos casos, el fracaso no es una opción. Siguen aspirando por tan anhelada posición, quienes terminan consiguiéndola después de semanas e incluso meses de perseverancia.
Leyendo estas historias de personas luchadoras en el exterior, observé que muchos de ellos quienes buscaban estas posiciones privilegiadas, conseguían el éxito. Mientras que otras personas después de meses de estar trabajando en algún café o restaurante, redactan comentarios ofensivos en redes sociales porque no les parece que el método utilizado por aquellos quienes no se conforman con cualquier posición en el ámbito laboral, sea el correcto.
Es verdad que en la mayoría de los casos la gente no tiene opción y es de suma importancia comenzar a generar ingresos para cubrir los servicios básicos. Aunque tampoco debería existir la opción de la crítica, en cuanto a este grupo de profesionales nos referimos. Quienes no deciden conformarse con el famoso ‘lo que sea’ a la hora de entregar su hoja de vida. Así como muchos de nosotros luchamos para conseguir dinero y que al final de mes, estando exhaustos, podamos costear nuestra vida diaria, muchos otros, pasando por años de estudio, noches en vela, practicas exhaustivas, guardias laborales, pasantías y años de experiencia, que ellos deciden no tirar a la basura ni siquiera por unos meses, ya que reconocen el valor real de todo ese esfuerzo realizado en su país de origen.
Fotografía: @miguelarocha (Estocolmo, Suecia)
Nikon D3300
En mi caso, luego de varios meses de estudio en un país de habla inglesa y sin planes de volver a mi país. Me di cuenta de que me estaba convirtiendo en un ‘explotado’ en potencia. Alguien que iba a tener que hacer lo que sea para poder sobrevivir. Sin ninguna preparación académica, más que dos años y medio aprobados de periodismo. Mis ventajas eran muchas, una de ellas, no tenía responsabilidades. Muchas otras cosas me ayudaron a salir adelante haciendo trabajos en los que en realidad pagaban bien, pero que nunca me imaginé que haría.
Limpiar sangre en una carnicería, limpiar inodoros sucios, cocinar para vender en línea, ayudar a un chef arrogante que, en lugar de palabras de aliento, simplemente me gritaba por no hacer el trabajo como él quería. Estas fueron varias de las actividades que realicé para mantenerme en el extranjero. Actividades de las que no me arrepiento, porque hasta ahora me he vuelto fuerte y capaz de realizar cualquier tarea para alcanzar mis objetivos. Ahora solo lucho por salir adelante. Me he tomado mi tiempo para entrar en un ambiente de trabajo que actualmente disfruto, mientras mantengo mis ojos bien puestos en otros idiomas y en futuros estudios. Para mí, insistir es la clave. Normalmente soy muy terco.
Todos tenemos el derecho de hacer planes, elegir y generar metas sin ser juzgados o criticados, y mucho menos por personas que no conocemos. Recuerda que nuestros gastos comunes, como servicios, gustos, obligaciones y responsabilidades, siempre se pagan con nuestro tiempo de vida. Tiempo que no seremos capaces de recuperar. Haz que valga la pena.
Entonces, ¿vale tomar tiempo para elegir?
Fotografía: @miguelarocha (Estocolmo, Suecia)
Nikon D3300