Otro año se acaba. Un año muy interesante, diferente, enriquecedor y lleno de altas y bajas… Tal y como todos los años, sólo que en distintas proporciones. Siento que, de lejos, este ha sido uno de los años más fuertes para mí, eso siendo objetiva y comparándolo con el resto de los años.
Algo que me ha llamado la atención estos días es como las personas de mi edad no nos sentimos como adultos realmente, a pesar de que ya tenemos responsabilidades y superamos los 20 años; la mayoría de nosotros nos sentimos todavía como unos adolescentes y nos asusta enfrentar la realidad: que ya somos personas adultas y que hay personas contemporáneas con nosotros que ya lo asumieron y han hecho cosas que algunos estamos lejos de hacer (por falta de posibilidades o por decisión propia).
Este año en particular fue que empecé a sentir realmente la sensación de la adultez, las obligaciones y las libertades. Aprendí a conducir por fin, y me tocó enfrentar y resolver algunos problemas por mi cuenta, sin tener que contar con la ayuda de mi familia.
También maduré emocionalmente. Tomé algunas de las decisiones más fuertes y trascendentales que han cambiado y cambiarán mi estilo de vida y mi rutina. Decidir vivir sola por un tiempo en vez de irme con mi familia a otro país mientras termino mis estudios es algo que me pone realmente nerviosa, estoy increíblemente asustada, pero a la vez me siento lista y siento que de verdad podré hacerlo bien.
Decidir terminar una relación de años que ya hacia un tiempo que no funcionaba también fue un gran cambio en mi rutina, no sólo por la decisión en sí, sino por todo lo que conllevó emocionalmente y en mi trato con el resto de las personas. Aprendí a pensar mucho más en mí y en mi felicidad, en mi paz y en mi bienestar. En consecuencia, mi salud mejoró mucho, me siento mucho más tranquila, maduré más y me di la oportunidad de que entrara una nueva persona en mi vida.
Esta persona ha sido lo más importante y lo que más puedo destacar de este 2018. Un gran hombre, inteligente y dulce, más de lo que alguna vez llegué a imaginar que sería un chico. Perfectamente imperfecto. Me hizo entender la importancia de soltar cuando es necesario y darme cuenta de que a veces esos sueños que tenemos de niños, si se pueden hacer realidad. Aparte, y como dato gracioso, es gracias a él que empecé a escribir en Steemit. A ti mi vida, es a quién más dedico este post. Gracias por tu amor y por entrar en mi vida.
Hacer un curso de cocina, pasar el ciclo básico de mi carrera con éxito, aprender a conducir, decidir que quería vivir independiente, iniciar una nueva relación llena de pasión y alegrías… Son las cosas que más destaco de este 2018.
Este nuevo año 2019 traerá muchas cosas nuevas, experiencias y personas. Y todo esto lo registraré. No tengo mucho más que decir más que darles las gracias a todos aquellos quienes de alguna manera estuvieron a mi lado este año. Mis padres, mi hermana, mi novio, mis dos mejores amigos, mis amigos de la universidad, mis abuelos… Todos ustedes son mi familia y a todos ustedes les debo este post y la esperanza y fortaleza que en estos momentos tengo. Gracias por todo.
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