30 años después dejó de ser suya...

in #spanish3 years ago



¿Quién pensaría que la primera bicicleta que mi esposo compró con su salario, hace unos 30 años, sería hoy la bicicleta de nuestro hijo? Para mí resulta inimaginable, sin embargo, así fue. La vida es una caja de sorpresas.

Mi hijo tenía una bicicleta rin 16 que le quedó pequeña, aún así pasó como dos años queriendo que su papá la reparara de algún modo, no quería renunciar a ella. Mi esposo pensó que seguramente ya nuestro hijo tenía tamaño suficiente para esa bicicleta que él guardó durante tanto tiempo, una rin 26. Honestamente a mí me parecía muy grande para él, pensé que no llegaría a los pedales, pero mi esposo estaba seguro de que sí le serviría.



Faltaba comprarle los cauchos con sus tripas, mi esposo los buscó por la aplicación de compras en línea MercadoLibre, que usamos con frecuencia porque encontramos mejores precios que en los comercios de la ciudad en la que vivimos, y halló una buena opción. En unos pocos días ya la encomienda estaba en casa.

Yo no sabía quién estaba más contento, si el padre o el hijo, desde que la trajeron a casa, mi hijo no dejaba de ver su bicicleta, haciendo comentarios acerca de lo bien que se veía, aún después de 30 años y de lo buena que era.



Mi esposo, al llegar lo cauchos notó que los gusanillo que traían no era buenos y salió disparado a comprar otros, luego encontró encontró donde llenar los cauchos y salió nuevamente a completar esa tarea. Mi hijo había comenzado hoy sus clases presenciales en su escuela y mi esposo quería darle la sorpresa de que encontrara su bicicleta habilitada.

No estuvo lista cuando él llegó, pero sí un poco después. Orgulloso mi esposo llama a nuestro hijo y le muestra su sorpresa. Mi hijo, sin pensarlo, brincó de la alegría y salió corriendo a ponerse una franela para probarla afuera y aún con toda la emoción que estaba sintiendo, no dudó en posar para regalarme una fotografía antes de estrenar su bici.



Yo disfrutaba el momento, estaban los dos tan contentos. salí junto a ellos, yo tenía que guardar ese evento y aproveché de tomar algunas fotografías. Por supuesto aún no controla la bicicleta, mi esposo lo iba guiando el rato que probaban la bicicleta, pero al menos sí llega a los pedales, así que es cuestión de tiempo que aprenda a manipularla; pero mi hijo tenía que ir a su clase de karate, así que esa tarea debía esperar. Igual de feliz, pasó a casa para prepararse para su actividad.



Ah, pero no puedo dejar de mencionar que hubo un momento en el que mi esposo se montó en la bicicleta para mostrarle cómo se hacía, al menos esa fue la excusa, porque estoy segura que era algo que deseaba con el alma, ya que siempre ha sido un amante del ciclismo y tenía aaaaños que no usaba una.



Agradezco a Dios que nos brinda la oportunidad de darle a nuestros hijos lo que ellos necesitan, lo que los hace felices, que no necesariamente es todo lo que piden. Nosotros, como padres, sabemos mejor que ellos lo que les conviene y, por gracia, Dios nos lo provee, de una manera u otra. La bicicleta no es nueva, pero funciona y sé que mi hijo la disfrutará tanto como pueda y es algo que le suma a su bienestar.

La vida desde el agradecimiento, es una vida llena de bendiciones.





Gracias a todos ustedes por tanto...




Las fotografías mostradas son de mi propiedad.
Edición de la imagen principal con la aplicación ToonMe.
Emoji hecho con Bitmoji.
Separador elaborado en PowerPoint a partir de la imagen principal.