Recuerdo en 2016 cuando salí de Venezuela, todos los motivos que me empujaron a tomar tamaña decisión. La inseguridad, la escasez de comida y la situación económica encabezan el top 3 de mi ranking de motivos para emigrar. Y es que ya con 32 años, 2 hijos y esposa, debía buscar una salida al desastre (que creía catastrófico) que estaba viviendo.
Pensaba que Venezuela había tocado fondo en aquellos años, pero no, se hundió muchísimo más, cosa en la que los socialistas y gobiernos de izquierda son especialistas. Emigro a la Argentina y vuelvo a rehacer mi vida y la de mi familia. Colegios nuevos, nuevo trabajo, nuevas amistades, una nueva vida.
Todo marchaba bien, hasta cuando el 2018 ganó el candidato de la izquierda y títere de Cristina Fernández, una veterana ladrona que lo mejor que ha hecho es enriquecerse junto con su difunto esposo a costillas de todo un país. Esta gente es de la misma calaña del difunto dictador Hugo Chávez y demás piltrafas humanas que gobiernan en varios países de latinoamérica.
Hoy se está repitiendo la historia que me hizo migrar, es un deja vú que sentimos todos los venezolanos y que, si bien entendemos que Argentina no es Venezuela, nos recorre un frío por la espalda cada vez que este gobierno de izquierda toma medidas que conducen al país al borde del precipicio.
Los venezolanos nos tendremos que ir a la luna, con el peligro de que nos consigamos allá con extraterrestres socialistas.
Quedate tranquilo que el domingo se termina esta historia.
Esperemos que de alguna forma se haga justicia en ese país, es demasiado evidente el robo a las personas.
Ojalá amigooooo