Miedo al Rechazo

[trigalita]

La mayoría de nosotros desde la niñez luchamos para ser aceptados, la razón primordial es porque vivimos en una sociedad que nos obliga a competir y no nos permite por ningún motivo fracasar.

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Y si por alguna circunstancia fracasamos, nos da vergüenza contar esa parte de nosotros por miedo a perder una reputación y nos den la espalda.

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La causa más común es porque pasamos la mayor parte del tiempo tratando de que las personas valoren nuestro esfuerzo, nos admiren, nos digan públicamente lo extraordinario que somos y nos aplaudan. El día que no lo hacen o nos critican nos sentimos derrotados, inservibles, sobre todo cuando vemos a otros tener los halagos que nosotros nos merecíamos y por lo que tanto hemos luchado.

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La razón principal de este patrón de conducta, es porque no sabemos el por qué de nuestro empeño de querer ser reconocidos, de quien debemos realmente ser reconocidos, cuáles son las cosas verdaderamente importantes que merecen reconocimiento, y por último, qué tipo de reconocimiento necesitamos.

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Razones por las cuales no nos damos cuenta (existen muchas, pero vamos a ver varias consideradas importantes):

1. Baja estima
2. No saber nuestra verdadera identidad
3. Raíz de rechazo
4. La altivez
5. La falsa humildad

De quién realmente debemos esperar reconocimiento. De alguien que:

1. Nos ame verdaderamente.
2. Esté por encima de nosotros.
3. Evalúe con justicia.
4. Es genuinamente humilde.
   
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Las cosas importantes que merecen reconocimiento.

1. Son las que no publicamos.
2. Las que hacemos con el solo interés de agradar al que da el justo pago.
3. Las que hacemos por obediencia aunque no nos gusten.

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Y el tipo de reconocimiento que realmente necesitamos:

1. El que ni el óxido ni la polilla corroen.
2. El que edifica o nos hace crecer.
3. El que sólo un ser supremo puede dar.

Quien reúne todas estas condiciones es Dios, la Biblia dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 16) y lo único que espera de nosotros es fe, porque nada podemos hacer para ganarlo o merecerlo.

Gracias amigos steemit por leerme
Atentamente,

Rosa Elena Rodríguez @trigalita