-¿Quién eres?
-Soy Gabriel -contesta el recién llegado con tono firme, extrañado de no ser reconocido.
-¿Gabriel? -dice el anciano -ya aquí tenemos un Gabriel, y es uno de los Ángeles preferidos del jefe.
Yo creo que tú te equivocaste de sitio.
-Claro que no -explica el hombre evidentemente enojado -a mí me toca el cielo, ¿usted no sabe quién soy yo?
-Pues, no -dice el anciano -haciendo el ademán de cerrar la puerta.
-Espere, por favor, no cierre -ahora en tono suplicante.
-Yo Soy Gabriel García Márquez, el Gabo, dame solo unos minutos con el jefe, le aseguro que él sí me conoce.
¿Tú ves aquel viejito flaco que se se ve allá? A ese lo llaman Cervantes, tiene aquì muchísimo tiempo, y parece que en estos días es cuándo lo van a atender.
Aquí lo de la puerta es conmigo.
-Y tú, ¿quién eres? ¿San Pedro?
-Uf, ah tiempo que San Pedro ya no tiene las llaves, ahora el hombre de confianza del jefe, soy yo -dice el hombre cerrando la puerta tras de sí y sentándose con el recién llegado en el banquito azul.
-¿Y tú quién eres?
El anciano acerca su rostro al de él, lo mira a los ojos, sonríe pícaramente y le dice:
-¿No me reconoces?
-Coño, perdóname, pero no.
-Te voy a dar tres oportunidades.
-El Gabo se lo queda viendo de arriba a abajo y dice:
-¿Moisés?
-Frío, frío -dice el anciano frotándose las manos -te quedan dos chances.
-¿Carlos Marx?
-Ese menos, tú si tienes imaginación de verdad -dijo el hombre sonreído.
Te queda uno.
El Gabo se rasca la cabeza, y dice:
-Ahora sí, ya sé: Albert Einstein.
-Jajaja, ¿Tú me ves a mí flaco y con cara de loco?
Me decepcionaste.
Mira, observa aquel punto rojo que está allá; ese es el infierno, dale para allá.
-Espérate, hombre, yo tampoco fui tan malo como para ir al infierno.
-¿No hay al menos un purgatorio?
-Mírame bien, insiste el anciano.
-Familia mía no eres, no tienes pinta de barranquillero, más bien pareces un gitano.
-Gitano sí soy, y familia tuya también; soy Melquiades, Gabo. Venga un abrazo.
Y se fueron caminando cielo adentro, cada uno con su traguito de ron en la mano, a recibir las atenciones del jefe.
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Saludos.
Muy grato cuento, muy propio de la imaginación del realismo mágico, con sabor a vallenato y a ron de este trópico. Saludos, @acostacazorla.
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Gracias amigo de la tierra, del cielo azul de cumaná, tus palabras siempre tienen la magia de la poesía.
Nos debemos muchos rones.
Ni hasta en el Cielo sabe uno con quién se puede encontrar y si falla en el reconocimiento alguien de la experiencia y el talento de Gabo, habrá que practicar más con el Trivial Pursuit para no herir la sensibilidad de quien te reciba. Y mira tú, que según esa extrovertida locura que aseguran algunos que padecía Mozart, me lo puedo imaginar componiendo ballenatos a diestro y siniestro, aunque eso sí, con un toque muy personal, como el que hizo en la flauta mágica. A Fidel y a Smith, les ofrecería una botellita de auténtica pitarra cacereña, para que luego dijeran aquello de: 'este vino es sólo para los que tienen pelo en pecho'. Y ya puestos, qué quieres que te diga, hermano: los Beatles continúan siendo geniales. Un abrazo
Muy bien hermano.
En un cielo asi os espero, no olvides llevar tu cámara,
un buen ronca pecho de bastimento, y si es posible, algunas tapas, y colocaremos en la puerta "Ongietorri", para confundir a todo el mundo.
La cámara es lo de menos, aunque bien mirado, con esas vistas se podrían conseguir unos paisajes de ensueño. El ronca pecho se lo dejamos a Fidel y nosotros nos regamos con un buen Ribera del Duero o si lo prefieres, un buen Rioja. Y por supuesto, las tapas y los pintxos corren de mi cuenta. Pero eso sí, como todo esto es un lujo y el mundo, tal y como va, está para pocos lujos, dejamé que vaya ahorrando y mientras que nos esperen mucho tiempo en el cielo.
Je, je me has causado una grata sorpresa con este relato, es inesperado, divertido y te deja con una sonrisa en el rostro.
Gracias hermanos de talent.
Nos vemos en el cielo.
Jajajaja! Gracias, Carlos! Me a encantado esta historia tan ocurrente! Un abrazo!
Me encantó esa historia @acostacazorla, muy acorde con tu sentido del humor y con un toque cultural implícito que le agrega mucho valor. Un abrazo!
Gracias amiga.
A pesar de la manzana, Eva también debe estar en el cielo, con su Adán.