Siempre me gusta reflexionar sobre la naturaleza del éxito en nuestras vida, más allá de lo que tal cuestión pueda significar. Esto es algo que desde siempre me ha cautivado, y en esta ocasión he estado pensando sobre si el éxito es fácil o difícil de conseguir en el gran contexto de las cosas.
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El éxito en la vida es relativamente fácil de obtener, pero...
Mis reflexiones me llevaron a entender que el éxito en la vida es relativamente fácil de obtener; y que vale la pena obtenerlo. Tan solo necesitamos saber lo que queremos, y mantener nuestro enfoque, atención y nuestra consciencia en pro de ello, y entonces lograremos alcanzarlo.
Ahora, estoy consciente de que esto parece que fuese más sencillo de decir que de hacer, porque la creencia generalizada en la mayoría de la gente es que el éxito es algo muy pesado, una tarea hercúlea, que no todos pueden lograr, y que no cualquiera puede darse el lujo de perseguir.
Pero nada más alejado de la verdad; porque si bien ciertas metas de éxito en la vida son más difíciles que otras, todo lo que una persona sana, inteligente y honesta puede desear, lo puede lograr si se lo propone realmente. Me refiero aquí a que dinero, amor, lujos, felicidad, títulos, reconocimientos, posesiones, habilidades, todo, lo podemos lograr si sabemos lo que queremos y cómo lo queremos, y si ponemos nuestra concentración, motivación y nuestros esfuerzos en conseguirlo.
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Retener el éxito es más difícil que obtenerlo
Ahora, si bien tener éxito en cualquier área de la vida es factible, es obvio que requiere esfuerzo y disciplina, y negarlo sería absurdo. Pero más allá de eso, hay que mencionar que lo más difícil en tal sentido no es obtenerlo, sino retenerlo, consevarlo, y aprender a multiplicarlo de forma tal que se vuelva una constante en nuestras vidas.
Por lo tanto, no se trata solo de llegar hasta la cima, o hasta donde queremos llegar, sino de mantener la perseverancia y las acciones que nos permitan seguir siendo exitosos, e inclusive, alcanzar metas aún mayores si es posible hacerlo. Porque por excelente que sea, nunca hay un éxito que pueda decirse que sea definitivo e insuperable en la vida; ya que cuando el ser humano alcanza metas, luego surgen dentro de él otras metas que están por encima de las alcanzadas. Y esto es parte de lo que conocemos como instinto de superación constante.
Así que una vez que una meta es lograda, luego otras superiores vienen para tomar el relevo. Esa es la dinámica constante del crecimiento personal del ser humano, y eso tenemos que tenerlo muy claro.
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Lo que requiere retener el éxito
Entonces, lo que tenemos que entender verdaderamente es cuáles son los factores que nos permitirán retener el éxito, e incluso lanzarnos a la aventura de conseguir metas aún mayores en nuestras vidas.
Ahora, sé bien que es una pregunta que puede parecer un poco difícil, pero reflexionando, me he dado cuenta de que todo radica en nuestra actitud ante la vida; en especial en el tema del aprendizaje personal. Porque si queremos tener éxito constante en nuestras vidas, tenemos que adquirir y perfeccionar constantemente habilidades; y ello requiere un nivel de aprendizaje y una disposición a aprender.
En ese sentido, el aprendizaje es importante; por lo que tenemos que poseer la capacidad y la disposición para aprender constantemente. Y estamos hablando aquí no tan solo de un simple aprendizaje, sino de uno significativo. Lo mencionado también implica que tenemos que tener una capacidad para desaprender cosas que ya no nos son útiles, para así adoptar, aprender y dar espacio a las nuevas cosas que requeriremos para alcanzar el éxito personal cada vez más elevado que nuestro crecimiento personal requiere.
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No perder el sentido común cuando se obtiene el éxito
Pero creo que una de las cosas más importantes en lo referente a obtener y retener el éxito; es lo de no dejar que se nos suba a la cabeza. Ya que en medio de las sensaciones de bienestar que nos puede generar tener éxito en cualquier ámbito, muchas personas pierden la noción de todo, hasta de sí mismas, y entonces se vuelven descuidadas, lo que les hace perder el control y el sentido común.
Entonces, eso significa que muchas personas pierden la cabeza cuando sienten que están logrando el éxito; y ello les lleva a cometer errores e imprudencias que les impide conservarlo. Un caso hipotético sería el de una persona que comienza a ganar mucho dinero de la nada, y como siente que su nivel económico está incrementando, empieza a gastar como si no hubiese un mañana, de manera estrafalaria, o como si no existiese la posibilidad de que las cosas cambiasen y que su nivel de ingresos volviese a bajar.
Así que lo que debemos recordar siempre es que el sentido común, la prudencia, y el mantener los pies en la tierra, siempre será fundamental cuando estemos obteniendo el éxito anhelado. Lo que significa no volvernos locos de felicidad cuando logramos lo ansiado, pero sin dejar de sentirnos felices por ello tampoco, ni de disfrutarlo adecuadamente.
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¿Dónde están los límites del éxito que queremos alcanzar?
Técnicamente no hay límites en tal sentido; sino que los mismos dependerán de hasta donde te los fijes tú a nivel personal. Ahora, si me preguntan mi recomendación, lo más importante es siempre tener metas claras y definidas; y entender que siempre debemos buscar superación constante; pero en definitivas cuentas pienso que también es importante que nos fijemos metas realistas.
Pero cuidado con esto, que las metas sean realistas, no significa que deban ser metas bajas al punto de ser mediocres, sino que debemos buscar alcanzar metas que sean importantes, pero que no rayen en lo imposible. Les pongo un ejemplo; si mi meta es comprarme un carro nuevo este año; y mis ingresos económicos no son muchos, no puedo proponerme a comprar un Lamborghini; ya que eso sería tan absurdo como difícil. A no ser que yo tuviese entre mis posibilidades reales el aumentar brutalmente mis ingresos durante el actual año; y eso ya sería otra cosa muy distinta.
Como sea, me gusta pensar que el punto medio suele ser lo mejor en estos casos, por lo que recomendaría no plantearnos metas tan excesivamente altas que sean prácticamente imposibles de alcanzar (ya que eso lo más seguro es que nos generaría fracaso y frustración personal); ni tan bajas que sean excesivamente fáciles de lograr (ya que cualquiera podría lograrlas y no nos daría el nivel de satisfacción deseado).
El caso es que sean cuales sean los límites que te impongas para el éxito, dependen de ti fijarlos. Y ten en cuenta siempre (lo ya dicho) que lo más difícil no es conseguir el éxito, sino retenerlo.
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