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¡Señor Juez, me declaro Culpable!
—¿Qué es esto, dónde estoy?, lo último que recuerdo es que hablaba con Doña Carmen, la señora del mercadito.—
Pensaba Juan, mientras miraba el techo de la habitación de un hospital.
(Recuerdos)
—Juan, ¿qué pasó, todo bien?— preguntó Doña Carmen con preocupación.
—No lo sé, tengo días sintiéndome mal— Respondió Juan.
—Pero, ¿le has avisado a tu familia?— añadió Carmen
—No, no quiero preocuparles, además ellos están muy lejos y no podrían hacer nada por mi, solo sería causarles preocupación– dijo Juan
(Suena el teléfono)
—Un momento Carmen, no digas nada, mi hijo me llama—
(Se aleja un poco y Carmen mueve su cabeza con negativa ante lo dicho por Juan)
—Hola hijo querido, aquí estoy todo bien, pa'lante—
(Juan entabla un conversación con su hijo como si nada pasara, pregunta por sus nietos y al cabo de unos minutos cuelga la llamada)
De pronto...
—Juan, Juan, ¿qué te sucede?– los gritos de Doña Carmen se oyen, mientras corre hacia Juan a socorrerlo.
Se había caído al suelo, la ambulancia no tarda en llegar y es inmediatamente hospitalizado.
Doña Carmen, quien durante el suceso tomó el teléfono de Juan, avisa a sus familiares en el extranjero, pues el se encontraba en otro país solo.
Mientras su familia se organiza y decide que hacer, es doña Carmen quien se mantienen al tanto en el hospital, los médicos le han avisado que Juan ha caído en coma y no saben si vuelva a despertar.
Al cabo de tres largos días, sus hijos y nietos llegan del extrajeron, ya estando al día con las noticias y muchas preguntas de las que esperan hallar respuestas.
–Señora Carmen, agradecidos con usted. Pero, ¿qué le pasó a papá? Acabábamos de hablar y me había dicho que todo estaba bien.— dijo el hijo de Juan
—La verdad mijo, es que su papá tenía días sintiéndose mal y no había querido decirles para no preocupararlos— respondió Doña Carmen
Los hijos de Juan se quedaron sin palabras y sorprendidos. Al entrar a la habitación, preguntaban en voz alta ¿Porqué papá, por qué no nos dijo?.
El médico de guardia entra a la habitación y los pone al día sobre la situación de su padre y agrega, hubiéramos podido hacer algo antes, si tan solo hubiera llegado a tiempo.
Los hijos de Juan estaban indignados y recordaban los buenos momentos vividos junto a su padre, lo mucho que lo habían extrañado durante estos años que no lo habían visto y donde él siempre les decia estar bien.
Juan, no estaba del todo en coma, podía oír lo que hablaban en la habitación a medias y en sus pensamientos respondía, se sentía culpable e intentaba ser escuchado pero no podía, su cuerpo no reaccionaba.
La hija de Juan le pide a su esposo traer a su pequeña niña al hospital, para que viera a su abuelo, por si este no despertará más y tuvieran que tomar medidas tristes. Juan escuchaba eso y en su mente gritaba "Aquí estoy, no me ido, ni quiero hacerlo".
Juan decia entre sus pensamientos:
—Si en un juzgado me encuentro, ¡Señor Juez, me declaro culpable! Culpable de no haber sido sincero y haberle dicho la verdad a mis hijos.—
Los días se hicieron largos y aún seguía una pregunta en las voces y mentes de los jovenes ¿porqué papá no nos avisó antes? y al mismo tiempo se decian "algo hubiéramos podido hacer".
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Así como la historia de Juan hay muchas, unas que no tienen finales de reencuentros, si no que solo reciben cenizas de aquellos que un día se fueron y siempre dijeron estar bien.
También está el otro lado de la moneda, aquellos que se quedan y dicen que todo esta bien, normal como siempre y no hablan con verdad a quienes por necesidad, se tuvieron que marchar un día.
Nadie imagina el impacto psicológico y emocinal que causa el aviso repentino de una muerte, alguien que un día atrás o hace unas horas dijo estar bien y resultó estar mal. La impotencia que da el saber o que hayan dicho ¡estoy bien! y al instante saber que se apagó esa vida.
En el 2020, recuerdo era un jueves por la noche cuando hicimos una videollamada a la familia de Venezuela y nos manifestaron estar muy bien, reímos, hablamos un buen rato, eran tiempos duros por la pandemia.
Al otro día, 1:00 p.m. mi esposo trabajaba y recibí la peor llamada que se puede recibir en la vida, además de eso tenía 6 meses de embarazo y la noticia de que mi sobrino político había muerto hizo que casi me desmayara, miles de preguntas pasaban por mi mente y lo peor apenas comenzaba, debía esperar a mi esposo para ser yo quien le diera la triste noticia.
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Este año, mi mejor amigo quien migró a Perú en busca de mejores oportunidades, me llamó para que me comunicara con su mamá que estaba aqui en Ecuador (otra emigrante) trabajando. Ella le había dicho esa mañana estar muy bien y en la tarde le dejó un mensaje diciendo que iba camino al hospital.
Logramos comunicarnos con ella, pero fue muy tarde, a las pocas horas murió. Tanto para mí y peor aún para su hijo fue algo impactante, en este caso la señora murió ee covid y nunca le manifestó a su familia sentirse mal. Nunca dijo nada, hasta llegamos a creer que era una broma de mal gusto pero las pruebas hablaron por si solas.
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Hoy, mi suegra me llamó y me contó que mi suegro está algo mal de salud, nada de muerte (Dios lo proteja y de vida) pero tiene sus niveles de hemoglobina muy bajos y no quiere comer.
Agradeci enormemente que me llamaran y poder hacer algo. Pagamos sus gastos médicos, se compró su medicina y comida, pudo hablar con sus nietos. Mi hija mayor le dijo "Abuelito cuidate por favor, quiero volver a verte", solo espero que esto suba su ánimo.
A todas estas mi reflexión para todos hoy es, no digas ¡Estoy bien!, si realmente no lo estás. Habla siempre con la verdad, ya que algo se puede hacer y si no se lograr hacer nada, nadie te acusará de ser culpable por no haber dicho las cosas.
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Your Honour, I plead guilty!
"What is this, where am I, the last thing I remember is talking to Doña Carmen, the lady from the little market?"
Juan thought, while looking at the ceiling of a hospital room.
(Memories)
"Juan, what happened, everything all right?" asked Doña Carmen with concern.
"I don't know, I've been feeling sick for days," answered Juan.
"But have you told your family," added Carmen.
"No, I don't want to worry them, besides they are far away and they couldn't do anything for me, it would only cause them worry," said Juan.
(The phone rings)
"Just a moment Carmen, don't say anything, my son is calling me".
(He moves away a little and Carmen shakes her head in denial at Juan's words)
"Hello dear son, here I am, everything's fine, pa'lante".
(Juan strikes up a conversation with his son as if nothing was wrong, asks about his grandchildren and after a few minutes hangs up the call).
Suddenly...
"Juan, Juan, what's the matter with you?" Doña Carmen shouts as she runs to Juan to help him.
He had fallen to the ground, the ambulance soon arrives and he is immediately hospitalised.
Doña Carmen, who had taken Juan's phone during the event, alerts his relatives abroad, as he was in another country on his own.
While his family gets organised and decides what to do, it is Doña Carmen who keeps them updated at the hospital, the doctors have told her that Juan has fallen into a coma and they don't know if he will ever wake up again.
After three long days, her children and grandchildren arrive from the hospital, already up to date with the news and with many questions that they hope to find answers to.
"Mrs. Carmen, we are grateful to you. But what happened to dad? We had just talked and he told me that everything was fine", said Juan's son.
"The truth, mijo, is that your father had been feeling bad for days and he didn't want to tell you so as not to worry you", answered Doña Carmen.
Juan's children were speechless and surprised. When they entered the room, they asked aloud, "Why daddy, why didn't he tell us?"
The doctor on duty entered the room and updated them on their father's situation and added, "We could have done something sooner, if only he had arrived on time.
Juan's children were indignant and remembered the good times they had spent with their father, how much they had missed him during the years they had not seen him and how he had always told them he was well.
Juan was not completely comatose, he could hear what they were talking about in the room half-heartedly and in his thoughts he responded, he felt guilty and tried to be heard but could not, his body did not react.
Juan's daughter asked her husband to bring their little girl to the hospital, so that she could see her grandfather, in case he did not wake up and they had to take sad measures. Juan listened to this and in his mind he shouted "Here I am, I have not left, nor do I want to".
Juan said in his thoughts:
"If I find myself in a court of law, Judge, I plead guilty! Guilty of not having been sincere and of not having told the truth to my children!"
The days were long and there was still a question in the voices and minds of the young people: "Why didn't dad warn us before?" and at the same time they were saying to each other: "We could have done something"
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Like Juan's story, there are many, some that do not have reunion endings, but only receive ashes from those who one day left and always said they were fine.
There is also the other side of the coin, those who stay and say that everything is fine, normal as always and do not speak truthfully to those who, out of necessity, had to leave one day.
No one can imagine the psychological and emotional impact caused by the sudden announcement of a death, someone who a day ago or a few hours ago said they were fine but turned out to be unwell. The helplessness of knowing or having been told I'm fine! and then instantly knowing that life has been snuffed out.
In 2020, I remember it was a Thursday night when we made a video call to the family in Venezuela and they told us they were fine, we laughed, we talked for a long time, it was a hard time because of the pandemic.
The next day, 1:00 p.m. my husband was working and I received the worst phone call you can receive in life, besides that I was 6 months pregnant and the news that my nephew-in-law had died made me almost faint, thousands of questions were going through my mind and the worst was just beginning, I had to wait for my husband to be the one to tell him the sad news.
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This year, my best friend, who migrated to Perú in search of better opportunities, called me to get in touch with his mother who was here in Ecuador (another migrant) working. She had told him that morning that she was fine and in the afternoon she left him a message saying that she was on her way to the hospital.
We managed to get in touch with her, but it was too late, a few hours later she died. Both for me and even worse for her son it was a shock, in this case the lady died ee covid and never told her family that she felt bad. She never said anything, we even thought it was a joke in bad taste but the evidence spoke for itself.
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Today, my mother-in-law called me and told me that my father-in-law is in poor health, not deadly (God protect him and alive) but his haemoglobin levels are very low and he doesn't want to eat.
I was very grateful that they called me and I was able to do something. We paid his medical expenses, he bought his medicine and food, he was able to talk to his grandchildren. My eldest daughter told him "Abuelito take care of yourself please, I want to see you again", I just hope this will lift his spirits.
So my reflection to everyone today is, don't say I'm fine, if you really aren't. Always speak the truth. Always speak the truth, because something can be done and if nothing can be done, no one will accuse you of being guilty for not having said things.
amiga tu post me llegó al alma, ayer mi suegro cumplió un mes de muerto, realmente era un hombre joven y lleno de vida, salio de su casa para Caracas donde vive mi cuñada, o sea su otra hija a vacunarse y no volvió, la vacuna del covid lo afecto a tal manera que tuvo un triste final, aunado a esto tambien se presume que pudo haber tenido un covid asintomático.
lo cierto del caso es que a mi hija mayor de tan solo 7 años le ha pegado muchísimo, llora mucho porque extraña a su abuelo, a veces entra en crisis de llando, presumo que es porque ella vio salir a su abuelo de aqui sano y fuerte, y le dijo que cuando regresara ñe trajera algo rico de Caracas que ella le iba a tener algo rico aquí.
Fácil no ha sido, pero aquí vamos pidiendo a Dios resignación y las herramientas para ayudarla a conllevar esto por su temprana edad.
Saludos, un abrazo apapachado.
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Gracias elizabeths14 por acompañarnos en Curaciones Matutinas , estamos para apoyarte y te esperamos el próximo Martes a las 10 AM en nuestro Canal de Discord
Gracias por venir a Curaciones Matutinas , asiste el próximo Martes a las 10 am, saludos @elizabeths14.
Creo que constantemente pasa eso, por lo menos yo siempre digo ¡Estoy bien!, aunque realmente estoy mal, quizás es que nos da pena decir que estamos mal.... será? , pero tomare en cuenta tus palabras y llegan en un buen momento a mi vida, en el cual debo reconocer que quizás algo anda mal con la salud .
Le pido a Dios que calme el corazón de la mama de tu Amigo e incluiré a tu suegro en nuestras oraciones, ojala salga de toda enfermedad y encuentre una salud resistente y duradera <3 Un abrazo de apoyo y mis mejores deseos Eli :)
Mmmmm mmmmmm. Mystical story here but very captivating.🙂
Realmente muy sensible tu relato! !Cómo Debemos librarnos del orgullo en muchos casos! Y reconocer que siempre necesitamos ayuda, y que nunca seremos una carga. El daño que causa el quedarse callado es enorme para todos los que nos rodean.
Así es estimado Alex. El orgullo solo causa daño.
Debe ser muy duro recibir noticias como estás, pero me pongo en los zapatos de esos parientes que no quieren decir nada para no preocupar a quien esta lejos, sin embargo cuando ya no hay remedio queda el sufrimiento por no poderlos asistir, que fuerte
Concuerdo totalmente contigo amiga, el minimizar lo que ocurre puede ocasionar tristes tragedias. El acudir a tiempo al médico puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas. De seguro Juan tenía buenas intenciones al ocultar lo que sentía, pero cuando se trata de la salud no debemos guardarnos nada.
Excelente reflexión 👏👏👏
Que excelente publicación y reflexión amiga. La verdad pro no herir por sentir demasiado amor a veces no compartimos nuestra carga con los demás y resulta que la carga sin duda alguna es más liviana si se lleva entre varios.
Gracias por compartir este tipo de temas en el Encuentro de Tálenlos