Ellos piden descanso después de un día de mucho movimiento, lo primero es ser liberados de los zapatos, dejarlos respirar para que liberen la presión al cual los hemos sometidos.
Consentirlos es nuestro trabajo, después de un día fuerte. Lo primero es sumergirlos en un recipiente con agua tibia y jabón suave por varios minutos, sin prisa para disfrutar el momento.
Con crema exfoliante frotar hasta eliminar las impurezas que puedan tener. Con una lima para pies pasar por los talones para eliminar la piel seca o áspera, quedando suave y limpia. Con un cepillo pasar por las uñas con la finalidad de eliminar sucio acumulado.
Lavar nuevamente con agua limpia y secar. Colocar alguna crema para hacerle masajes ricos para que se relajen.
Pero esto aún no termina, cortar las uñas y limar según sea tu gusto. De inmediato pasar a colocar un esmalte para embellecerlos.
Los pies son una parte de nuestro cuerpo que no debemos descuidar, pues dicen mucho de nuestra personalidad. Consentirlos es nuestro trabajo.
Toca darles un cariñito.
Hay que consentirse siempre. saludos!!!!