RELATOS DE TURISUPI / LLEGÓ LA AUTORIDAD, LO QUE CONDUCIRÁ A CONFESIONES Y ARREPENTIMIENTOS

in Literatos2 years ago (edited)


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Ilustración de Darkmoon_Art tomada de Pixabay.com

Todo el caserío estaba revolucionado, ese día no habría clases, en la escuela, cerrada para el público, cerrada para los niños, cerrada para los representantes, se encontraban solo la Srta. Marta, el maestro Porfirio y los delegados del Ministerio de Educación que venían a decidir la suerte del maestro Porfirio, denunciado por hacer que los niños perdieran el tiempo subiendo descalzos montañas de cal viva, haciendo aviones de papel, aprendiendo a hacer chuletas para los exámenes y muchas otras cosas más. Todas “bárbaras y locas” según el escrito recibido en el Ministerio. Era la primera vez que ocurría algo parecido en Turisupi

En otros tiempos los niños habrían estado felices de no tener clase ese día, pero estos estaban preocupados por su maestro “medio loco” que les había enseñado a leer, que les había enseñado a desear aprender más, que acababa de salvar la vida de la bebé de Mariana a riesgo de la suya propia…

Un delegado del Ministerio asomó la cabeza y alzó las cejas en forma pronunciada al ver el gentío que permanecía frente a la escuela:

  • “Necesitamos que, por favor, alguien vaya a buscar a los alumnos y sus representantes”.
    -“¡Nadie nos tiene qué ir a buscar, todos estamos acá!”
    Entraron y se sentaron en silencio. Al maestro Porfirio no le habían dado chance de irse a cambiar, así que, aunque ya sin la sábana, seguía lleno de hollín y desgreñado. Su semblante era un poco preocupado, un poco triste, un poco desilusionado.
    Parecía un juicio, fueron llamados aparte los niños, también sus representantes, pero nunca frente al maestro, para que “los niños pudieran hablar sin sentirse intimidados por él.”
  • Y él…les enseñó a hacer chuletas para los exámenes.
  • Sí, hicimos el examen y todos sacamos 20.
  • Por supuesto, fijándose en las chuletas.
  • No, nos las quitó apenas entramos al salón, pero las habíamos leído tanto que ya nos las sabíamos de memoria. Ya sabemos cómo se estudia para un examen difícil: Se lee todo, luego se saca lo más importante, se vuelve a leer, se sintetiza, se buscan las palabras raras en el diccionario para entender bien todo…
  • Bien, ya te puedes ir.
  • ¿Es cierto que pasaron toda una mañana jugando con aviones de papel?
  • Si, guao, fue divertido.
  • Toda la mañana ¿Eh? Aprendiendo a hacer aviones de papel.
  • Sí, ese día aprendimos a sumar y restar “llevando” con puros problemas con aviones. Y los grandulones aprendieron a multiplicar y ahorita están en una competencia para aprenderse unas tablas ahí… para luego aprender a dividir.
  • ¿Te gusta estudiar con el maestro Porfirio?
  • Sí, porque no es aburrido, aprendemos bastante y cuando llegamos a clase…nunca sabemos qué va a pasar…cada día es una sorpresa diferente. Siempre pensé que leer era fastidioso, aburrido, inútil… Si hubiera aprendido a leer antes ¡Cuántos libros emocionantes me habría leído ya! Como ese del Nautilus que estamos leyendo ahora en la hora de lectura colectiva.
    -¿Lectura colectiva, eh?
  • Sí, primero tenemos media hora de lectura silenciosa y luego seguimos leyendo por turnos en voz alta y dramatizamos algunas partes. Ahora a todos nos gusta mucho leer.
  • Bien, ya te puedes retirar.

Mientras los representantes entraban y salían con sus niños de la oficina de la dirección, donde estaban los funcionarios del Ministerio, afuera esperaba un confundido maestro Porfirio. A su lado, con expresión de incomodidad una silenciosa Srta. Rut movía nerviosamente un bolígrafo de una mano a otra.

Cuando vio entrar a Leo en la oficina junto con su abuela, se volvió hacia el maestro Porfirio y le dijo:

  • Maestro, debo confesarle algo de lo que estoy arrepentida.
  • Mmmm ¿El cura está de vacaciones, que usted se quiere confesar conmigo?
    Fue un mal chiste frustrado, ninguno de los dos rió.
  • Quiero que sepa que estaba muy equivocada con usted. Tenía un mal concepto de su persona.
  • No se preocupe por eso. No es la primera vez que me pasa algo así con alguien que me importe mucho.
    La Srta. Marta no atendió a lo que él le decía sino que siguió hablando…
  • Primero, cuando vi sus credenciales y toda la preparación que tiene, pensé que por qué alguien preparado para dar cases a nivel universitario acepta ser maestro de un grupo pequeño de chicos todos de grados diversos y en este caserío…perdido en el mapa. Luego…tuve temor de perder mi cargo acá, de que usted me fuese a sustituir, luego sentí celos y envidia de ver cómo los chicos le hacen caso, aprenden, le estiman. Y…bueno, usted comenzó a hacer cosas extrañas…¿A quién se le ocurre hacer que unos niños caminen descalzos sobre cal viva?
  • A mí. Estoy haciendo un master en educación y cuando supe de esta vacante solicité venir ya que mi tesis trata de Medios no convencionales para incentivar el aprendizaje en forma lúdica en alumnos no tipificables. Sólo que…bueno, no se lo comuniqué a usted, porque parte de la tesis era registrar el impacto que podía tener en representantes y docentes promedio el hecho de ver que se estaban utilizando medios no comunes para la enseñanza en su área de influencia. Si usted me vio como un “bicho raro” yo la vi a usted…como un “sujeto de experimento”, por lo menos al principio…luego todo cambió. Sabía que terminaría teniendo problemas en el Ministerio porque ni siquiera sus autoridades están al tanto del trabajo de investigación que estoy realizando que está siendo financiado por la OEA. Tengo solo la inquietud de saber…quien fue el Judas que me denunció…pensando que hacía bien, seguramente.
  • A eso iba, profesor, fui yo. Y me arrepiento totalmente de ello, cuando hablamos, el día de la chuleta y me comentó como estaba llevando las cosas con los chicos, me di cuenta que lo había juzgado mal, pero ya el daño estaba hecho. Estoy arrepentida, no se cómo subsanarlo…y, sobre todo…quisiera que me perdonara. A pesar de lo que dije, no quiero que me considere como alguien celoso, envidioso, intrigante …aunque… es así como me he portado.
    Y la Srta. Marta…sorpresivamente comenzó a llorar.

Esta historia... continuará, pero ya está muy cerca de su final. Para leer los cuatro capítulos anteriores,
click acá:

1.-LA LLEGADA DEL MAESTRO PORFIRIO
2.- LA VISITA A LA CALIDRÁ

3.-EL DÍA AERODINÁMICO DEL MAESTRO PORFIRIO O "A VOLAR, MAESTRO"

4.-QUE FUE LO QUE PASÓ CON LAS CHULETAS, UN INCENDIO INESPERADO, UN HÉROE INESPERADO