El primer beso y las olimpíadas del amor | First kiss and the Olympic games of love #Chronos

in Literatos3 years ago (edited)

▶️ Watch on 3Speak


chronos10.jpg

Cuando mi familia se fue a vivir a Alemania en 1969, llegamos primero a un apartamento que quedaba muy cerca del muro. Era un conjunto residencial moderno y muy grande en la Köpenicker Straße. Ahí tuvimos muy buenos amigos, entre ellos hay uno con quien restablecimos contacto 50 años más tarde, nuestro querido amigo y vecino Roland.

Cuando yo escribí mi post Un combate berlinés encontré en Google Maps, algo que compartí al final de esa publicación, un enlace que permitía recorrer en imágenes de 360° la ciudad y así pude ir de mi escuela hasta los dos apartamento en que vivimos en esa ciudad.

Eso me dio mucha nostalgia y le conté a Roland. Desde ese momento ha estado haciendo videos de la ciudad y de los sitios en que viví. Hace algunos días me envió el recorrido hasta nuestra primera casa y además entró al edificio, lo cual me trajo una cantidad enorme de recuerdos. En este escrito comparto un par de ellos. ¡Gracias Roland, por permitirme vivir esto de nuevo!

Aproveché la oportunidad para incluir en el video el éxito más grande de la radio en esa época: Wie ein Stern, cantada por el ídolo Frank Schöbel.

When my family went to live in Germany in 1969, we first came to an apartment that was very close to the wall. It was a very large, modern residential complex on Köpenicker Straße. We had very good friends there, among them one with whom we re-established contact 50 years later, our dear friend and neighbor Roland.

When I wrote my post A Berliner-fight I found on Google Maps, something I shared at the end of that post, a link that allowed a 360° image tour of the city and so I could go from my school to the two apartments we lived in that city.

That made me very nostalgic and I told Roland about it. Since then he has been making videos of the city and the places I lived. A few days ago he sent me the tour of our first house and also went inside the building, which brought back a lot of memories. In this post I share a couple of them, thank you Roland for letting me experience this again!

I took the opportunity to include in the video the biggest radio hit of that time: Wie ein Stern, sung by the idol Frank Schöbel.

English version below!

Separador-Ylich.png

71-edificio.jpeg
Köpenicker Straße 1971

El maravilloso viaje que se inició el martes 13 de mayo de 1969, con la salida desde el aeropuerto internacional de Maiquetía, en Venezuela, se llevó casi dos meses, entre París y Londres, para terminar en la capital de la (entonces) República Democrática Alemana, Berlín, a donde nos fuimos a vivir.

Vivíamos en la Köpenicker Straße, un moderno y gran edificio que destacaba en una ciudad que aún 24 años después del fin de la guerra, mostraba gran cantidad de ruinas producto de ella. Estaba situado al sur y en paralelo al río que recorre Berlín, el Spree, y al norte, a pocos metros, del muro que dividía a la ciudad en dos naciones diferentes. Por lo que la vista trasera de nuestra casa era Berlín occidental.

Mi noveno cumpleaños se produjo ya en esa ciudad y mi adaptación fue tan rápida, como solo un niño de esa edad puede hacerlo. Apenas llegamos entramos en un campamento de verano de la escuela, donde mi hermana y yo solo hablábamos español y los demás solo alemán.

Pero entre ese campamento, las clases que empezaron pronto y un parque situado en la parte posterior del edificio, donde rápidamente conseguí amigos y además como niños nos adueñamos de los pasillos internos del edificio, el idioma se hizo casi mi idioma materno en muy poco tiempo.

10 años de edad. Ese tiempo en el que entras en conflicto contigo mismo, al sentir atracción por las chicas, pero al mismo tiempo, les huyes y las rechazas. Aunque alguna te pareciera linda, estaba negada cualquier posibilidad de acercamiento.

Nuestro grupo de amigos no discriminaba, igual armábamos equipos de fútbol mixtos, hacíamos guerra de nieve en igualdad de condiciones y no había prerrogativas para las chicas en ningún juego. Jugar el escondite era maravilloso en el edificio, pues sus enormes pasillos que comunicaban todo el conjunto, con sus respectivas escaleras cada uno, hacía la tarea de búsqueda muy divertida.

La cuenta regresiva: 10, 9, 8… y ¡todos a correr! Yo corrí hasta el final del pasillo, abrí las puerta de las escaleras y a grandes saltos bajé hasta el sótano, el lugar donde estaban los depósitos de cada apartamento, en los cuales guardaban los equipos de invierno durante el verano, como esquíes, patines de hielo y mucha, pero mucha, comida en conserva. La luz en los pasillos tiene un temporizador que las apaga luego de unos minutos y apenas se apagó siento que hay alguien más allí y ante mi reacción dijo con voz calladita —¡Tranquilo Ylich, soy yo!— una de las compañeras de juego. Encontrarnos allí nos dio risa y reímos calladamente para no descubrirnos. Como una acción de lo más natural nos tomamos de la mano y así estuvimos unos minutos. Con la vista que se adapta a la oscuridad, pude ver su cara muy cerca de la mía y así nos sonreímos mutuamente, con una sonrisa dulce, inocente e infantil y con ese mismo espíritu nos acercamos y juntamos nuestros labios. Solo unos escasos segundos de ese contacto que me produjeron un cosquilleo que no conocía en mis rodillas y que se quedó guardado en la memoria por el resto de mis días.

Alguien oprimió el botón de la luz y nosotros aprovechamos para correr de nuevo y cambiar de escondite y así cada uno siguió por un camino diferente.

La experiencia del sótano no cambió en nada mis intereses y de manera constante seguía con ese dilema propio del varón de esa edad. Pero también el crecimiento tenía su impacto en las chicas, que además siempre son mucho más decididas y firmes en ese tipo de cosas.


71-Yo lámpara.jpeg
@Ylich 1971

En el parque detrás del edificio había un simpático elefante-tobogán sobre un cajón de arena que era el área de juego durante el verano. Con frecuencia, cuando yo estaba allí, Marion, una chica un poco mayor que yo, de quizá 12 o 13 años, se metía conmigo, pero de una forma agradable. No teníamos ningún acercamiento, pero ella siempre me echaba broma o tenía que ver en algo conmigo.

Ese verano la había visto varias veces en compañía de otra muchacha, más o menos de la misma edad, pero no habíamos hablado.

Estoy sentado solo en el parque y se me acercan las dos y me dicen que tienen un problema muy serio y que necesitan que yo lo resuelva. Para mi sorpresa me dicen que ellas prefieren que nos vayamos un poco más lejos de allí, para que nadie nos vea.

La intriga me mataba, no podía imaginar de qué se trataba. Marion me presentó a Connie, quien resultó ser su prima que vivía en otra ciudad y que estaba en su casa por las vacaciones. Así que caminamos para alejarnos del parque hasta que de manera contundente me dice una de ellas:

-¡Es que las dos estamos enamoradas de ti y queremos ser tu novia!
-¿Pero qué debo hacer yo?- les pregunté en medio de mi sorpresa ante tal afirmación.
-¡Bueno, tienes que escoger!

Un choque de sensaciones atravesaban mi mente y cuerpo, aquello era agradable, pero me daba terror tener que escoger a una, no por “escoger”, sino por el terror de estar con una chica. La vivencia del primer beso había sido bonita, pero efímera. Ahora se me planteaba un noviazgo.

Solo éramos unos niños aprendiendo a conocer los sentimientos, pero en ese momento, a los once años, era una decisión trascendental. Así les dije que yo no podía escoger, que las dos eran muy bonitas y simpáticas y no podría tomar una decisión.

Como ninguna de ellas estaba dispuesta a desistir en favor de la otra y como yo no iba a escoger a una, acordamos que la decisión se tomaría con una ¡¡¡competencia deportiva!!! ¡Sí, éramos unos niños!

Ya no recuerdo la cantidad de pruebas que se llevaron a cabo, hubo salto largo, salto alto, carrera de corta distancia, gimnasia… ¡Pero el empeño y el esfuerzo de cada una era tan grande, que siempre terminaban empatando la puntuación!

Finalmente la decisión recayó nuevamente sobre mí. Ya que las olimpíadas del amor no habían arrojado una ganadora, las dos atletas, completamente exhaustas y sudadas, pidieron que yo tomara la decisión definitiva.

Los nervios hicieron presa de mí y no hallaba qué hacer, porque el miedo a tener una novia era más grande que aquella muestra tan bonita de afecto y de entrega deportiva.

Así que hice un análisis lo más profundo posible, considerando los puntos a favor de mi vecina Marion y los puntos de Connie, la chica del interior. Así que muy oportunamente escogí a Connie, porque al fin y al cabo ella solo estaría un par de días en Berlín.

¡Un par de paseos tomados de la mano, un beso, una despedida y volví al parque para seguir jugando con los otros niños!

71-Hely y yo.jpeg
Con mi hermana / With my sister
71-nieve-atras.jpeg
Vista trasera del edificio

Separador-Ylich.png

English version

The wonderful journey that began on Tuesday, May 13, 1969, with the departure from the international airport of Maiquetía, in Venezuela, took almost two months, between Paris and London, to end in the capital of the (then) German Democratic Republic, Berlin, where we went to live.

We lived in Köpenicker Straße, a modern and large building that stood out in a city that even 24 years after the end of the war, showed a lot of ruins as a result of it. It was located to the south and parallel to the river that runs through Berlin, the Spree, and to the north, a few meters away, from the wall that divided the city into two different nations. So the back view of our house was West Berlin.

My ninth birthday was already in that city and my adaptation was so fast, as only a child of that age can do. As soon as we arrived we entered a school summer camp, where my sister and I only spoke Spanish and the others only German.

But between that camp, the classes that started early and a park at the back of the building, where I quickly made friends and also as children we took over the inner corridors of the building, the language became almost my mother tongue in a very short time.

71-parque.jpeg
Invierno en el parque / Winter in the Park

10 years old. That time when you enter in conflict with yourself, feeling attraction for girls, but at the same time, you run away from them and reject them. Even if you thought a girl was cute, you were denied any possibility of getting close to her.

Our group of friends did not discriminate, we still had coed soccer teams, we had snowball fights on equal terms, and there was no prerogative for girls in any game. Playing hide-and-seek was wonderful in the building, because the huge corridors that connected the whole building, with their respective staircases each, made the task of searching a lot of fun.

The countdown: 10, 9, 8... and everybody run! I ran to the end of the hallway, opened the door to the stairs and jumped down to the basement, the place where the storage rooms of each apartment were, where they kept the winter equipment during the summer, such as skis, ice skates and lots and lots of canned food. The light in the corridors has a timer that turns them off after a few minutes and as soon as it was turned off I felt that there was someone else there and at my reaction she said in a quiet voice, "Quiet Ylich, it's me", one of the female playmates. Finding us there made us laugh and we laughed quietly so as not to be discovered. As a most natural action we held hands and stayed like that for a few minutes. With the sight that adapts to the darkness, I could see her face very close to mine and so we smiled at each other, with a sweet, innocent and childish smile and with that same spirit we approached and joined our lips. Just a few seconds of that contact that produced a tingling that I never knew in my knees and that remained stored in my memory for the rest of my days.

Someone pressed the light button and we took the opportunity to run again and change hiding places, and so we each went our separate ways.

The experience in the basement did not change my interests at all and I was still constantly faced with the dilemma of a boy of that age. But growing up also had its impact on girls, who are always much more determined and assertive about such things.

In the park behind the building there was a nice elephant-slide on a sandbox that was the play area during the summer. Often when I was there, Marion, a girl a little older than me, maybe 12 or 13, would pick on me, but in a nice way. We didn't have any close calls, but she would always tease me or have something to do with me.

That summer I had seen her several times in the company of another girl, about the same age, but we hadn't talked.

I am sitting alone in the park and they both come up to me and tell me that they have a very serious problem and that they need me to solve it. To my surprise they tell me that they prefer that we go a little further away from there, so that no one will see us.

Intrigue was killing me, I couldn't imagine what it was all about. Marion introduced me to Connie, who turned out to be her cousin who lived in another city and was home for the vacations. So we walked to get away from the park until one of them told me in a forceful way:

-We are both in love with you and we want to be your girlfriend!
-But what should I do?" I asked them in my surprise at such a statement.
-Well, you have to choose!

A shock of sensations went through my mind and body, it was nice, but I was terrified of having to choose one, not because of "choosing", but because of the terror of being with a girl. The experience of the first kiss had been nice, but ephemeral. Now a courtship was on the horizon.

We were just kids learning to know our feelings, but at that moment, at eleven years old, it was a transcendental decision. So I told them that I couldn't choose, that they were both very pretty and nice and I couldn't make a decision.

As neither of them was willing to give up in favor of the other and as I was not going to choose one, we agreed that the decision would be made with a sports competition!!! Yes, we were children!

I can no longer remember the number of tests that were carried out, there was long jump, high jump, short distance running, gymnastics... But the effort and determination of each one was so great, that they always ended up tying the score!

Finally the decision fell to me again. Since the love Olympics had not produced a winner, the two athletes, completely exhausted and sweaty, asked me to make the final decision.

My nerves got the better of me and I could not find what to do, because the fear of having a girlfriend was greater than that beautiful display of affection and sporting devotion.

So I made an analysis as deep as possible, considering the points in favor of my neighbor Marion and the points of Connie, the girl from the interior. So I very opportunely chose Connie, because after all she would only be in Berlin for a couple of days.

A couple of walks holding hands, a kiss, a goodbye and I went back to the park to continue playing with the other kids!

71-Yo sala.jpeg
@Ylich 1971


Fuente de la imagen principal || Main image source]
Las demás fotos son parte del álbum familiar | The other photos are part of our family albu,


Separador-Ylich.png

Este texto pertenece a mi serie #Chronos. Puedes leer más sobre la misma en Mis crónicas literarias. Si es de tu agrado este estilo y quieres sumarte a la creación de crónicas literarias, te invito a usar la etiqueta #chronos para la misma.

This writing is part of my series #Chronos. You can read more about it on My literary chronicles. If you like this style and want to join the creation of literary chronicles, I invite you to use the hashtag #chronos for it.

¡Clic aquí!


Descarga el poemario de @Ylich

"De la vida, la pasión y de la muerte"

¡Haz clic aquí!
Poemario-portada-mini.jpg

Separador-Ylich.png

If you don't have an account at Hive yet, I invite you to read my post My Hive Testimony || Mi testimonio Hive
Si aún no tienes cuenta en Hive te invito a leer mi publicación My Hive Testimony || Mi testimonio Hive

Ylich El Ruso

@ylich
http://ylich.com
https://sptfy.com/ylich


▶️ 3Speak

Sort:  

¡Qué buena crónica del descubrimiento o la revelación de la atracción amorosa! Resulta muy grata tu narrativa, con esos elementos que le dan un toque entre la inocencia recordada y la mirada de hoy. Seguramente sea una experiencia común estas "iniciaciones" inconclusas en el amor de pareja o "noviazgo" infantil. Gracias por compartir, @ylich.

Tu post ha sido votado por @celfmagazine, una iniciativa autónoma en favor del contenido de calidad sobre arte y cultura. Apóyanos con tu voto aquí para mantener y mejorar nuestra labor. Únete a nuestra comunidad
Your post has been upvoted by @celfmagazine, an autonomous initiative in favour of quality content on art and culture. Support us with your vote here to maintain and improve our work. Join our community


Discord

¡Claro! Yo estoy seguro que uno de los factores por el cual la crónica tiene éxito en nuestro territorio latinoamericano, es por la posibilidad de vernos reflejados, pues al fin y al cabo son experiencias similares en cada uno. Lo que sule variar más es la interpretación de esos hechos.

¡Gracias por el apoyo y tan bonitas palabras!

Your content has been voted as a part of Encouragement program. Keep up the good work!

Use Ecency daily to boost your growth on platform!

Support Ecency
Vote for Proposal
Delegate HP and earn more

Keep up the good work you too...! 😉

Thanks!

Hola querido! si que sabes despertar mi curiosidad con ese titulazo!
Me encantó el pase y la musica de fondo. <3. Fue un buen viaje! excelente edición!

No se porque, a partir del minuto 3 me dieron ganitas de llorar! me pego la nostalgia, la sentí.

Tal vez es porque asocié esta linda música con las viejitas rolas que escuchaba mi papá, guao si! cuanto lo extraño, me sonó a música portuguesa, aunque se que es rusa.

Un abrazo querido, gracias por compartirnos este maravilloso video. TQM <3

Posdata: me fui llorando.

La mayoría de la música popular europea tiene matices y elementos muy similares, así que no es de extrañar que las conectaras mentalmente.

Debo confesar que hay algunas de estas crónicas, en las que la carga emotiva y de nostalgia supera la marca roja del medidor de seguridad... 😂

Sí, hay muchas en las que el sentimiento se me pone a flor de piel, por lo que tu comentario me alegra mucho, pues quiere decir que logré transmitirlo. 😍

¡Gracias amiga!

Nuestras coordenadas:

¡Es muy alentador poder contar con su apoyo constante! 🤗

Muy buena historia, llena de recuerdos de la bella época de la ingenuidad y la curiosidad; muchos pasamos experiencias similares sin mayores consecuencias, otros quedaron marcados. La elección fue sabia, tal vez por que honrabas a la visitante y de ese modo conservabas lo más importante: la amistad de Marion. Saludos @ylich

Jajaja, ne encanta que le hayas encontrado una explicación "razonable" a mi decisión, porque en aquel momento creo que lo único que me motivó fue el miedo... 😅

¡Gracias por la lectura y tu agradable comentario!

Muchos, por no decir todos, hemos pasado por ese miedo, pero creo que a esa edad del hombre tiene un peso enorme la inocencia, la ingenuidad y la sinceridad de afecto por una chica en especial. Muy al contrario, ellas son más maduras y suelen ser un poco más atrevidas en la adolescencia que los chicos. Entre los 11 y los 14 tuve experiencias similares y fue toda esa confusión de escoger, así como los celos de las amigas cuando uno andaba o hablaba con otra chica perteneciente a otro barrio o a otro colegio. Todo un tema amigo. Feliz fin de semana con el suspenso del espejo misterioso.

Literatos-estatico.jpg

Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.

¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!

¡Muchas ggracias!

Pero qué belleza de post querido @ylich . Lo amé absolutamente. Gracias por dejarnos asomar por esta rendija de tu historia,que al final es la historia de todos. Saludos.

... que al final es la historia de todos.

Ahí resumiste lo que yo considero es la clave del éxito de las crónicas en América Latina.

¡Gracias por tan bonitas palabras!

¡Ains! ¡Qué texto tan bonito, tan cálido, tan auténtico!
La parte del primer beso me aguó el guarapo, y me reí mucho imaginándome a las dos muchachitas dando lo mejor de sí para ganar tu corazón. ¡Todo un galán desde siempre, y sin darte cuenta si quiera! Jajaja
Me suena genial eso de unirme a las "CHRONicas", ¿sirve cualquier tipo de crónica de nuestra vida transformada al formato literario, o debe ser relacionada con el amor?
Un abrazo Ylich.

Ups, acabo de darme cuenta que desde el comienzo he estado colocando mal un enlace en mis posts, pues al final invito a leer el texto Mis crónicas literarias, donde explico de qué va la cosa, pero no coloqué el enlace adecuado.... 😱

El cual es este. La crónica literaria es un género latinoamericano y como tal decidí que yo también quería cultivarlo... La temática es libre y aunque yo las hago personales, no siempre tienen que serlo. Por ejemplo las crónicas de García Márquez solo tienen el estilo (por nombrar un ejemplo) e incluso pueden ser de ficción, tal como lo han hecho varios de los autores. Lo importante es el estilo de la crónica.

Así que estás cordialmente invitada a sumarte a la experiencia de escribir en este género y a usar la etiqueta #Chronos. Aunque esta no tiene un uso específico en ninguna parte, sería bonito impulsar esta forma de expresión tan asociada a nuestra identidad latina.

¡Gracias por tus bonitos comentarios!