Versión en español
Caligrafié sin detenerme cada palabra, me encontraba exhorto con pensamientos volátiles que revoloteaban mi cabeza. Me aparté de nimiedades que intentaron distraerme de mi ocupación y registré las frases que el paciente vociferaba con letras y dibujos. No podía perder cada detalle de la información, estaba dispuesto a llevarla a las autoridades. Al principio, intenté colocar mi grabadora pero sin efecto, ya que no pude encontrar las baterías.
Le pregunté más detalles de aquella granja aledaña, su ubicación y en qué parte de aquel lugar reposaban los restos de su esposa; no pudo darme detalle porque aún lidiaba con el ente llamado La Sombra, así que tuve introducirme a su conciencia de otras maneras. Pensé en ayudarle a detener a La Sombra, para tener el camino libre en mi búsqueda de información. Sin interrumpir la sesión, fui hacia la puerta de salida de mi oficina y le dije a Marta que nadie me interrumpiera, que si tenía que irse más temprano, tenía todo el permiso de hacerlo.
Necesitaba más tiempo para poder enfrentarme a aquel ser tan arraigado en la mente de aquel hombre. Desde que lo oí mencionar, pude comprender su poderío; no sería fácil intentar detenerlo solo con armas de psicoanálisis, mecanismos de atención cognitiva y palabras de inducción. Aquella fuerza, sea consciente o no, requería de una estrategia más avanzada, así que me senté en mi silla mirando al paciente fijamente y comencé a pensar.
Al tratarse de una figura imaginaria que tiene mucha influencia sobre el paciente, empeñé un método de cognición conductual sin despertar al hombre de su hipnosis; la idea era que me dejara entrar a su mente para recorrerla junto a él y así enfrentar a aquella oscura criatura. Si tenía éxito, obtendría el camino libre para que el paciente pudiera confesarme todos los detalles necesarios de su fechoría.
Si las cosas resultaban al contrario, y yo me tornaba envuelto en aquella desconocida oscuridad, caería en un laberinto peor donde no encontraría el retorno, ya que aquél ser al que el paciente llama La Sombra, me arrastraría junto con él hacia aquella realidad retorcida. Los riesgos eran grandes, pero no más mi deseo de poder escapar de dicha situación; el pánico y el cansancio me abrumaban teniéndome en una lacerante desesperación.
Comencé aplicándome la sesión a mí mismo, tomé uno de mis calmantes para intentar relajar todos los músculos de mi cuerpo. Coloqué mi mente completamente en blanco y aseguré que las plantas de mis pies se encontraran en una posición cómoda y fija sobre el suelo. Ya tenía todo casi listo para adentrarme en el mundo onírico de Rodrigo Contreras, solo me hacía falta desprenderme de las verdades de esta realidad, para poder asimilar las otras.
Una vez ya calmado pude encontrarme con el portal de luz envuelto de sombras al que llamamos «La entrada al Subconsciente», que es donde cohabitan las manifestaciones oníricas con todos los campos de nuestra memoria, pasando por los mares infinitos de la conciencia hasta llegar al bucle de la mente, que es donde se unen todas las regiones de nuestra psiquis. Si había un lugar donde La Sombra pudiera estar, era allí mismo.
Cruzado ya el portal, me encontré con un entorno opaco y lleno de vientos fuertes que agitaban con agresividad mi ropa. Caminé por una calle solitaria repleta de pequeños escombros. Todo estaba despejado y transitar sobre las calles era sencillo ya que no había obstáculos, a pesar de las fuertes ráfagas que azotaban mi cuerpo, no había nada de por medio que se interpusiera en mi camino. De repente miré hacia arriba y vi una figura negra en la esquina de un edificio, pude escuchar que pedía auxilio pero no estaba seguro. Me encaminé con celeridad sin apartar la vista y me di cuenta, que se trataba de Rodrigo Contreras, con intenciones de lanzarse desde las alturas.
English version
Death is cowardly for those who do not run away from it, and encouraging for those who fear it.
I called out without stopping every word, I found myself exhorting with volatile thoughts that flitted in my head. I turned away from trifles that tried to distract me from my occupation and recorded the phrases that the patient was shouting with letters and drawings. I could not lose every detail of the information, I was ready to take it to the authorities. At first, I tried to put my tape recorder in place but it had no effect, as I could not find the batteries.
I asked him for more details about the nearby farm, its location and where his wife's remains lay; he couldn't give me any details because he was still dealing with the entity called The Shadow, so I had to get into his consciousness in other ways. I thought of helping him to stop La Sombra, to have a free path in my search for information. Without interrupting the session, I went to the exit door of my office and told Marta that no one should interrupt me, that if she had to leave earlier, she had full permission to do so.
I needed more time to be able to face that being so ingrained in that man's mind. From the moment I heard him mentioned, I could understand his power; it would not be easy to try to stop him just with weapons of psychoanalysis, cognitive attention mechanisms and words of induction. That force, whether conscious or not, required a more advanced strategy, so I sat in my chair staring at the patient and began to think.
Since this is an imaginary figure that has a lot of influence on the patient, I pawned a method of behavioral cognition without waking the man from his hypnosis; the idea was that he would let me enter his mind to walk it along with him and thus confront that dark creature. If I succeeded, I would obtain the free way so that the patient could confess to me all the necessary details of his misdeed.
If things turned out otherwise, and I became enveloped in that unknown darkness, I would fall into a worse labyrinth where I would find no return, since that being whom the patient calls The Shadow, would drag me along with him into that twisted reality. The risks were great, but no more was my desire to be able to escape from that situation; panic and tiredness overwhelmed me, keeping me in a lacerating despair.
I began by applying the session to myself, taking one of my painkillers to try and relax all the muscles in my body. I turned my mind completely blank and made sure the soles of my feet were in a comfortable, steady position on the floor. Everything was almost ready for me to enter the dream world of Rodrigo Contreras, I only needed to detach myself from the truths of this reality in order to assimilate the others.
Once I had calmed down, I was able to find the portal of light wrapped in shadows that we call "The entrance to the Subconscious", which is where dream manifestations coexist with all the fields of our memory, passing through the infinite seas of consciousness until arriving at the loop of the mind, which is where all the regions of our psyche are joined. If there was a place where The Shadow could be, it was right there.
Once I crossed the portal, I found an opaque environment full of strong winds that aggressively shook my clothes. I walked through a lonely street full of small debris. Everything was clear and walking the streets was easy because there were no obstacles, despite the strong gusts that hit my body, there was nothing in the way that would get in my way. Suddenly I looked up and saw a black figure on the corner of a building, I could hear it calling for help but I was not sure. I hurriedly made my way without looking away and realized that it was Rodrigo Contreras, with intentions of throwing himself from the heights.
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