Divagaciones | Un cuento peregrino hasta el Muro de los Lamentos

in Freewriters6 months ago (edited)

Buenos días.

Quitando las capas de la cebolla, corriendo los velos, haciendo un hueco en la puerta que no se abre, insistiendo.
Así, insistiendo, se llega a donde se pretende. Arduo y duro camino arido y a veces distraído.
No hay letreros en la vía, los mapas viejos y confusos, llenos de borrones y son tantos los caminos, casi tantos como caminantes.
Qué bueno es tomar la autopista y llegar temprano y descansado, pero que aburrido. Igual puedes sufrir un pinchazo y encontrarte con el repuesto vacío. O algo peor, a mayor velocidad, aumentan los riesgos mortales.
La carretera vieja tiene sus encantos y distracciones, hasta te puedes quedar alojado en alguno de sus paradores.
Casi seguro estoy, que según tu experiencia, va tu mente volando al recuerdo de tus viajes. Volver a un lugar donde ya estuviste en el pasado y encontrar una carretera nueva que reduce el trayecto a menos de la mitad, que útil para el que tiene que ir y volver a diario.
Pero, puede ser aburrido para el turista explorador, que no pasara por aquel paraje donde preparan un platillo especial, o donde venden aquellas sillas forradas de cuero de chivo.

Cuantas veces habré pasado por la misma calle y nunca en toda una vida, se me ocurrió doblar por una determinada esquina.
Ayer, no. Hace unos días caminé por primera vez por el muy famoso callejón El Alacrán, donde vive una simpática señora que me es conocida y a la vez me resulto gracioso ver cuan frecuente es ver en algo tan sencillo como el nombre de una calle, una gran confusión.

[Luis y yo en el callejón, retratados por @herminia.guaita]

No importa que estén los nombres escritos en las esquinas. Algunos desde hace cientos de años. Es frecuente la confusión entre el mentado callejón El Alacrán y su perpendicular y más transitado callejón Santa Inés.
Es tan icónico el lugar, que cuando fui a Google para verificar si el callejón o calle se llama Santa Inés o Santa Ana, me llevo a una publicación reciente en esta misma plataforma; https://hive.blog/hive-11800/@saavedraa/callejon-el-alacran-un-lugar-lleno-de-historia-esping
de la que dejo el enlace, para quien tenga interés por conocer las coloniales calles que transitaran: Sucre, Antonio José, Andrés Eloy Blanco y Ramos Sucre y tantas plumas brillantes de las que me consta que hicieron tertulia en las mesas y barra del cercano Hotel Astoria.
Calle de Poetas a la sombra de una santa con una palma, que parece una pluma.


Un paseo por múltiples dimensiones.
Mundos que están en este y se cruzan,
sin vernos, ni percibirnos. Imaginar sí.
Desde esta mágica esquina, la brisa del
Manzares llega, mientras miras un templo.
Sagrado. A la sombra de una fortaleza ya
derruida que no se llamó Antonia y su lado.
Un muro que me imagino de los lamentos
y al otro lado una casa de pan y una vía
empinada que llega hasta un cerro, santo
campo, lleno de huesos y calaveras.

Fuente Castillo de Santa María de la Cabeza

Deseándoles un bendecido día, como siempre digo,

Hata mañana.

Sort:  

Me encanta leerte, tu poesía oculta cosas q me gusta jugar a descifrar

No te quitaré la diversión, un juego de imágenes y palabras donde la imaginación mezcla lugares y momentos lejanos, distantes en tiempo y distancia.
Una pista; lee acerca de la fortaleza Antonia y ve atando los hilos.

Que te diviertas @uncubanomas .

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Postales hermosas de mi amada Cumaná. Por años, transité el callejón El Alacrán, acompañando a mi madre. Muchas veces, recortábamos camino por ahí para llegar a San Francisco. Bonitos recuerdos de esas calles cercanas a la iglesia Santa Inés. Saludos y un fuerte abrazo.

Celebro haberle acercado esos valiosos recuerdos y considerando que ya estamos a tres horas para que ya sea mañana y en algunas partes del mundo, ya lo es. Reciba un anticipado:

FELIZ CUMPLEAÑOS, que los cumpla feliz con alegría, salud y excelente compañía.

Divagando, divagando llega el 2030, ha sido curioso leerte, reconozco que me ha gustado. saluudos

Gracias por comentar. Espero que cuando llegue el 2030, estemos vivos y celebrando.
Entre divagación y divagación, trabajo y un poco de diversión.

Salud y felicidad.

Eso espero, vivos y celebrando y no zombies!!!Saludos

Una poética divagación llena de historia y mensajes connotados para el acucioso. Dime, leo que señalas al viejo castillo, supongo, el lugar más alto de la ciudad, quizás hoy sobrepasado por algún alto edificio moderno que ya no conozca.

Si mi memoria no me falla, cerca está el viejo campo santo que aludes. Y hasta hace poco el viejo internado judicial de Cumaná. Acabo de descubrir, que el nefasto pero necesario recinto fue demolido, y ahora en su lugar hay un parque. Curioso destino para un lugar en el que por más de cuarenta y cinco años, albergara el sufrimiento del desadaptado y su familia. Algunos salieron de allí, recorriendo pocos metros al sepulcro. Recuerdo ese sector como el de las tres C (Castillo, cárcel y cementerio)

Saludos mi amigo, excelente poesía, digna del abolengo de un cumanés.

Hola Javier,
No, no me refiero al castillo de San Antonio de la Eminencia, que está frente al viejo cementerio y al doblar la esquina la cárcel, que hasta donde se sigue en su lugar.
Me refiero al más antiguo castillo de Santa María de la Cabeza que, si no recuerdo mal, derribo un lejano terremoto y apenas quedan en pie los muros de la base y poco más, junto a la iglesia de la santa patrona de Cumaná, Santa Inés del Monte, virgen y mártir romana según la católica tradición.
Me temo que la memoria te juega una mala pasada, la cárcel fue remodelada en 2014 e inaugurada bajo el modelo revolucionario, pero en el mismo sitio.

Cumanés y Madrileño. Dos ciudades en dos continentes distintos, pero cruzadas por un río Manzanares, el que deja pasar al que le canta su copla.

Bueno, al menos te tengo a ti, en esa ciudad que me trae gratos recuerdos de un época aún juvenil, para corregirme y sacarme de la ignorancia. En tal sentido, tienes total razón, cuando expones la semejanza con las ruinas del templo expandido por el nefasto Herodes, y destruido por los romanos en la séptima década de nuestra era. Hoy lamento mi ignorancia, y celebro la salida de esta, en este particular. Ja, ja, ja.

Por favor, ¿quién no se equivoca?, el que no tiene boca.
Mi ignorancia es supina en más de un tema, y has sido Vos quien me ha corregido, quizás con mayor delicadeza que la mía.
Aprecio que con frecuencia me entienda y capte ciertas rebuscadas sutilezas que escapan a otros lectores.
Me llego trabajo, así que ya veremos que me sale publicar mañana. Jo, jo.

Feliz noches, mi amigo. Adelante...