Rubén Darío: la modernidad poética en habla hispana (Parte II)

in OCD4 years ago


Como señalamos en el post anterior, Rubén Darío sentó las bases de ese movimiento renovador de la poesía (y en general de la literatura) de habla hispana, conocido como "Modernismo". En este post trataré resumidamente las características de su poesía y de ese movimiento, y con ello sus aportes.

Imagen de Rubén Darío en billete Fuente


Rasgos y aportes del Modernismo hispanoamericano

En primer lugar, ¿cuál es el origen de ese espíritu de la época que se concretará en dicho movimiento? Uno como el que hizo surgir movimientos similares en Europa a finales del siglo XIX, que podría sintetizarse así: insatisfacción con el presente, que se caracteriza, entre otras cosas, por el sentimiento de un vacío espiritual que ha sido producido no sólo por la vida empobrecida en las nacientes urbes y el predominio del frío interés capitalista, sino también por el marginamiento de la vida espiritual y emotiva generado por el racionalismo dominante (piénsese en el alcance que había tenido el Positivismo).

En un plano más vinculado a la cultura verbal, en la actitud modernista habrá una reacción contra la decadencia en el uso del lenguaje por la muchedumbre, así como contra el puritanismo y tradicionalismo castrador en el pensamiento y en el arte. Encontramos, sobre todo en los prefacios que Darío hace a sus libros, expresiones claras de ello. Declara su "aborrecimiento a la mediocridad", "a la chatura estética". Acusa "la absoluta falta de elevación mental de la mayoría pensante de nuestro continente", pero reconoce el valor de la gran tradición de la lengua española en Cervantes, Lope de Vega, Santa Teresa, Góngora, Quevedo. Manifiesta su "respeto por la aristocracia del pensamiento, por la nobleza de Arte". Dice con propiedad:

El clisé verbal es dañoso porque encierra en sí el clisé mental, y, juntos, perpetúan la anquilosis, la inmovilidad.

Ilustración para un poema escrito por Rubén Darío en Caras y Caretas Fuente

Ese talante lo lleva a buscar y nutrirse de lo más renovado de la poesía, que no se estaba escribiendo en España precisamente, sino en Francia, en dos movimientos de la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo (sobre ellos he escrito; ver referencias al final).

El estudioso y poeta Octavio Paz contribuye con su evaluación de este modo:

Nada más natural que los poetas hispanoamericanos se sintiesen atraídos por la poesía francesa de la época y que descubriesen en ella no sólo la novedad de un lenguaje sino una sensibilidad y una estética impregnadas por la visión analógica de la tradición romántica y ocultista.

En el Parnasianismo valora la conciencia de la poesía como arte de la palabra, es decir, como un oficio y una facultad de trabajo denodado con el lenguaje, como el escultor griego que de la piedra bruta hace nacer la belleza de la figura. También de este la preeminencia dada a la imagen sensorial, especialmente a la visual y a la auditiva.

Del Simbolismo, la función primordial otorgada a la potencia simbólica de la palabra, que es, entonces, sugerencia y no designación. Y en alianza con el primero, en lo auditivo, la preponderancia dada a la música, que es sonoridad y ritmo. Sobre esto volveremos más adelante.

Portada de edición de 2008 de Prosas profanas Fuente

De modo que podemos advertir que con el Modernismo nace en Hispanoamérica (y se irradia hacia la España de entonces) la conciencia de la poesía como práctica culta, autónoma y personal, libre de la excesiva espontaneidad romántica y de determinismos realistas.

Se privilegia la subjetividad como valor fundamental de la creación poética, y de allí a la imaginación, y a su hija dilecta: la fantasía.

Un aspecto que suele remarcarse mucho al hablar del Modernismo es su cosmopolitismo, que algunos han visto como una incorrección, siendo más bien lo que permitió que se exploraran otras literaturas, se ampliara la visión cultural, incluso se reconociera el valor del legado indígena, como apunta Paz.

No hay duda de que el Modernismo, por diferentes influencias, fue portador de "una devoción por la forma refinada"; ese culto que lo llevó a apreciar la belleza en las cualidades cromáticas, brillantes y sonoras de y por la palabra, en los exotismos concebidos en imágenes verbales, incluso en arcaísmos y neologismos.

Esa devoción formal impulsó el interés por recuperar tipos de versos olvidados o la introducción de formas métricas nuevas. Con respecto a lo primero, debemos destacar la reintroducción del verso llamado "alejandrino" (de 14 sílabas, compuesto de dos hemistiquios), que permitía la resurrección de la versificación acentual, en la que lo importante no es ya la regularidad silábica, sino lo rítmico.

Fuente

La musicalidad, y en ella el ritmo, es capital en las características y aportes del Modernismo hispanoamericano, particularmente rubendariano. No es simplemente la rima final de los versos, rasgo presente en las composiciones de autores y obras de siglos y movimientos anteriores. Es, primer lugar, la música verbal, aquella que se alcanza por la sonoridad dentro del verso o entre versos por recursos como la reiteración de sonidos y de palabras (usando magistralmente la aliteración, la anáfora, el polisíndeton, el encabalgamiento, entre otras figuras retóricas). Y, en segundo lugar, lo que Darío llamó la "melodía ideal"; esta mucho más difícil de captar. Leemos en uno de sus prefacios:

Como cada palabra tiene un alma, hay en cada verso, además de la harmonía verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces.

Esta última -la música ideal- es, en definitiva, la más importante para asimilar la visión del ritmo que desarrolla y propone Rubén Darío, y que se asocia a esa antigua sensibilidad expresada en la analogía, o la correspondencia, sentir del mundo de raigambre ocultista (pitagorismo, alquimia, Swedenborg, Fourier, etc.) que llega a Darío desde el romanticismo y el simbolismo. Es el reconocimiento del ritmo en las cosas dado por sus correspondencias. Paz lo recoge muy bien en estas frases:

El ritmo poético no es sino la manifestación del ritmo universal: todo se corresponde porque todo es ritmo. La vista y el oído se enlazan; el ojo ve lo que el oído oye (…) Fusión entre lo sensible y lo inteligible; el poeta oye y ve lo que piensa. Y más: piensa en sonidos y visiones.

(Continuará en último post con ejemplos de poemas de Rubén Darío y comentarios)

Referencias bibliográficas

Darío, Rubén (1977). Poesía. Venezuela. Biblioteca Ayacucho.
Paz, Octavio (1985). Los hijos del limo / Vuelta. Colombia: Edit. Oveja Negra.
Rama, Ángel (1970). Rubén Darío y el Modernismo. Venezuela: Ediciones Biblioteca Universidad Central de Venezuela.
Sucre, Guillermo (1985). La máscara, la transparencia (2ª ed.). México: Fondo de Cultura Económica.

Si estás interesado en leer los posts anteriores de esta serie, puedes visitar los siguientes enlaces:
Modernidad literaria, Romanticismo alemán , Romanticismo ingles I, Romanticismo inglés II, Romanticismo francés I y Romanticismo francés II, Realismo literario I, Realismo II, Realismo literario III, Parnasianismo I, Parnasianismo II, Edgar Allan Poe I, Edgar Allan Poe II, Edgar Allan Poe III, Walt Whitman I, Walt Whitman II, Simbolismo I, Simbolismo II, Decadentismo I, Decadentismo II, Baudelaire I, Baudelaire II, Baudelaire III, Baudelaire IV, Verlaine I, Verlaine II, Rimbaud I, Rimbaud II, Rimbaud III, Rimbaud IV, Rimbaud V, Mallarmé I, Mallarmé II, Mallarmé III, Lautréamont I, Lautréamont II, Lautréamont III, Lautréamont IV, Rubén Darío I

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Siempre interesante y con un lenguaje magistral.
Felicitaciones @josemalavem

Aprendiendo más del poeta en primera fila. Gracias por compartir @josemalavem